Off the record - 4 abril 2008

Vuelve la 'operación Criteria'

Los periódicos hablan y no paran de cosas como ‘las cumbres de Zalacaín’. El famoso restaurante ocupa sus reservados en reuniones gastronómicas, pero no para disfrutar de la comida, de varios dirigentes del PP. Por allí, quien suscribe, que no tiene la suerte de poder frecuentar demasiado el carísimo lugar, se ha encontrado, cada vez que iba, a algún dirigente ‘popular’ ocupado en almorzar o cenar con gentes del más diverso pelaje. Lo cual no significa nada más que lo que quiero decir: que el restaurante, hoy propiedad de un empresario más bien inclinado hacia el lado socialista, como Luis García Cereceda, es testigo mudo de mucha conspiracioncita entre peperos. Sobre todo, los de Madrid. Ya se sabe que la agenda gastronómica de Esperanza Aguirre está últimamente muy gastada: que si cena con Rato, que si almuerza con Rajoy, que si ha sido vista (en Zalacaín, claro) con Gustavo de Arístegui -que, al parecer, está muy cabreado con la política de nombramientos de Rajoy- y Cortés…

En esas comilonas se habla de muchas cosas, claro. Supongo que nada del tiempo ni de fútbol, ni de toros, que es tema que Aguirre y su hombres destacado, Martín Marín, llevan de manera algo polémica. No: se habla de política pura. Hay quien quiere impulsar la candidatura de la presidenta de la CAM frente a Rajoy en el congreso del PP de junio. Pero ella, que es mucho más lista de lo que algunas anécdotas le suponen, sabe que sería un suicidio, y dicen que ha prometido a Rajoy no presentarse. Otra cosa es que sibilinamente impulse una candidatura de Rato, que también está debatiéndose entre variadas hipótesis: sin ir más lejos, uno de los muchos diarios económicos capitalinos (El Economista) insiste en que vuelve la ‘operación Criteria’, es decir, ofrecer la presidencia del holding de La Caixa al ex director del FMI, una operación que fracasó en su momento por la oposición de Montilla. ¿Accederá ahora con tal de que RR no se pase de nuevo a la política, dificultando así no poco el trayecto de Zapatero? Ojo, que a lo mejor resulta que los tiros van por ahí, y Montilla es mucho Montilla.

Claro que hay algunos inconvenientes: por ejemplo, dicen en Criteria que, según los estatutos, para presidir este ‘holding’ Rato tendría, además, que presidir La Caixa, lo que resulta hoy por hoy completamente imposible. Así que, tras Fornesa, que ha sido la primera y gran excepción a la regla, y cuya retirada ocurrirá allá por el otoño, el presidente de Criteria será el de La Caixa, o sea, Isidro Fainé. Puede que a Rato se le ofrezca otra cosa atractiva en el grupo, más allá de ser miembro de ese consejo asesor al cual aún ni se ha incorporado. Pero seguramente no la presidencia. Y, en todo caso, todo ello ocurriría seguramente después de junio, que es la gran cita congresual del PP y donde rato, si acaso, tendría que presentarse frente a la candidatura oficial de Rajoy. O sea, que todo está en veremos.

¿Y Pizarro? Pues Pizarro está en el ‘clan de los turolenses’ y de los esperancistas, que viene a ser lo mismo y, pior tanto, está siendo temporalmente castigado, o eso piensan él y sus circunstancias. Pero algo habrá que darle, dentro de las exiguas posibilidades de reparto de prebendas que tiene Rajoy. ¿La presidencia de la comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados? No es gran cosa, y sospecho que está reservada a alguien de la fidelidad acrisolada de Miguel Arias-Cañete (suponiendo, claro, que el PSOE conceda esa presidencia). Pero incluso el Rajoy cabreado de hogaño, que está dispuesto hasta a ofrecer la secretaría general del partido a Ruiz-Gallardón, solamente para fastidiar a ‘Espe’, a Ignacio González y a otros compañeros mártires, tiene que entender que alguien de la valía de Pizarro, anunciado ¡hasta hace menos de un mes! como el gran fichaje del PP, no puede quedar como un verso suelto. No es un personaje cómodo para Rajoy, pero con comodidad no se construyen las grandes empresas, y Rajoy, pese a lo que digan algunos en la sede de Génova, está ante una gran empresa: el asalto al cuartel de La Moncloa. Un asalto que se ve, de momento, lejano y que no parece quitar el sueño a un Zapatero aislado fuera pero muy sólido dentro -otra cosa será tras las elecciones norteamericanas- y que ve a la oposición como algo cada vez más, más pequeño. Tan pequeño que se va a apresurar a recibir a Rajoy tras la sesión de investidura y hasta…a ofrecerle su apoyo. ¿Segunda fase de la ‘operación Criteria’?


¿Significarán ‘algo’ los elogios de Rajoy a Valcárcel?

La verdad es que el ambiente dentro del PP está que arde, aunque Aguirre y Gallardón, -los dos dirigentes que precisamente más han atizado el fuego- , intenten ahora minimizarlo. Nosotros, sin llegar a tildarlo de “putrefacto”, como lo calificaba un diputado popular después de ver ciertas escenas y escuchar ciertos comentarios de sus correligionarios en el bar del hemiciclo del Congreso el día de la inauguración de la IX legislatura, nos limitamos a contar lo que observamos. Todo se estudia en clave de Congreso y cualquier gesto de Rajoy desata recelos. Nos referimos, por ejemplo, a los grandes elogios que el líder del PP lanzó este jueves en el Foro Nueva Economía al presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel, al que ha encargado organizar el Congreso Nacional del próximo mes de junio que se celebrará, como se sabe, en Valencia.

Para empezar, Rajoy lamentó que a veces “el ruido inmediato impide escuchar el sonido limpio y claro que llega de fuera”. De Valcárcel dijo que es “un director de orquesta capacitado y eficiente” que ha conseguido “grandes cambios” en su comunidad, “sin estridencias, sin numeritos y sin fáciles coartadas victimistas”. También destacó “los éxitos electorales que ha cosechado desde que ganó las autonómicas de 1995, con cifras que han ido en aumento y con un crecimiento del que no hay precedentes en ninguna otra comunidad autónoma”. Además, aseguró que el dirigente murciano “sabe escuchar, está cerca de la gente y tiene visión”.

“En este Madrid rompeolas de España, como decía Machado, es conveniente oír la voz de aquello que Ortega llamaba sin matiz peyorativo 'las provincias'. A veces el ruido inmediato, en muchas ocasiones superficial y hasta frívolo, impide escuchar el sonido limpio y claro que nos llega de fuera”, manifestó, regalando los oídos del dirigente del PP. ¿Significará ‘algo’ tantos piropos a Valcárcel?, se preguntaban luego algunos diputados del PP que no recuerdan tanto entusiasmo en Rajoy ni por Soraya.