De “amable y cordial” calificaron ayer, miércoles, fuentes del PP vasco la reunión que su presidenta, María San Gil, mantuvo esa mañana con el líder del PP, Mariano Rajoy. Pero no fue ni tan amable ni tan cordial, sino áspero y muy tenso. El encuentro, que la dirección de Comunicación de la calle Génova hubiera deseado mantener en secreto –“no me consta esa reunión”, llegó a decir la directora de Comunicación, Carmen Martínez de Castro, hundiendo así la credibilidad del Gabinete de Comunicación- duró aproximadamente una hora, pero no ha servido para limar asperezas, sino todo lo contrario: un posible anuncio de dimisión.
Más allá de la ‘cortesía’ de las palabras a la hora de calificar el encuentro, la reunión entre Rajoy y San Gil fue muy tensa y “las cosas están como estaban” desde que San Gil abandonara la Ponencia Política por discrepancias con la dirección nacional del PP y con los otros dos ponentes, el canario José Manuel Soria y la catalana Alicia Sánchez Camacho. Es decir, que San Gil no ha plegado velas frente a Rajoy, se ha mantenido firme en sus posiciones y sigue sin tener confianza en el líder del PP.
No ha habido, por tanto, “avance sustancial”, de lo que se deduce que San Gil no ha recuperado la confianza perdida en el líder. Además, sigue con su idea de adelantar el Congreso de los populares vascos al mes de julio, inmediatamente después de celebrado el XVI Congreso Nacional de Valencia.
Los dos políticos habían quedado la semana pasada en reunirse después del encuentro con la cúpula del PP vasco que Rajoy mantuvo el pasado miércoles en un hotel próximo al aeropuerto de Vitoria. En aquella ocasión San Gil le dijo a Rajoy que había perdido la confianza en él y le acusó de falta de liderazgo. Las cosas, por lo que se ve, siguen exactamente igual después de la ‘secretísima’ reunión de este miércoles.
¿Dimitirá San Gil?
Una vez que se filtró la ‘secretísima’ reunión entre San Gil y Rajoy, fuentes populares se encargaron de filtrar que San Gil le comunicó a Rajoy que no se presentaría a la reelección como presidenta del PP vasco y que, además, dejaría el Grupo Parlamentario del PP en la Cámara Autonómica. Todo lo cual significaría, obviamente, una dimisión en toda regla y la marcha del partido de San Gil.
Pero ya en clave interna del PP vasco, fuentes próximas a San Gil señalaron que era falso ese rumor que se había filtrado -decían- desde Génova. Afirmaban esos medios que San Gil seguía fuerte en cuanto a apoyo interno en el PP vasco y que había práctica unanimidad en los órganos directivos en dos asuntos sustanciales: el apoyo a que San Gil siga siendo presidenta de los populares en Euskadi y el que San Gil sea también la candidata en las próximas elecciones autonómicas.
Lo cierto es que la bronca crece en el seno del PP. Muchos diputados nacionales de este partido están sorprendidos por lo que está pasando y uno de ellos, cualificado dirigente de las juventudes populares, al escuchar la posibilidad de que San Gil se vaya exclamó: “Ya se montó la bronca”. La ‘bronca’, efectivamente, está montada en el PP vasco, donde Antonio Basagoiti ha tenido que emplearse a fondo con el secretario general del PP de Álava, Iñaki Oyarzábal, muy crítico con San Gil, para que no abandone sus cargos, que amenazaba con hacerlo.