Los electores tendrán que conformarse, si la marcha de la campaña no lo remedia- y todo apunta a que no será así- con un único debate en el que participen seis candidatos, los tres antes citados más el candidato de EA, Unai Ziarreta, el de IU-Ezker Batua, Javier Madrazo, y la candidata a lehendakari de Aralar, Aintzane Ezenarro, que emitirá la televisión pública vasca, Etb 2, el día 25. Un debate que tendrá pasado mañana una previa en la televisión pública en euskera, en Etb 1, y al que no asistirán López, Basagoiti ni Madrazo, al no dominar este idioma. Según parece, habrá un tercer debate en una televisión privada, también a seis, al que no está claro que asistan los primeros espadas y que quedaría de esta forma relegado a los “número dos” de cada candidatura. Habrá debates “a seis”
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La celebración de un debate televisado “cara a cara” entre Ibarretxe y López fue uno de los ganchos o reclamos de la precampaña para ir calentando motores. El PSE enseguida aceptó la invitación realizada por varias televisiones privadas para enfrentarse con el candidato del PNV, sabiendo que el riesgo era grande pero que, sin lugar a dudas, la empresa le confirmaría a Patxi López como alternativa real a Ibarretxe. Los del peneuve conscientes de que aceptar el “cara a cara” suponía reconocer a López esa condición respondieron con el debate “a tres”, que incluye a Basagoiti en la contienda. El argumento del PNV para hacer esta propuesta encaja con uno de sus mensajes clave en esta campaña, el del eje españolista que conformarían PSE y PP para arrebatar la Lehendakaritza a Ibarretxe. Como no podía ser de otra forma, finalmente los socialistas vascos han declinado la invitación, ya que en la práctica sería admitir que su candidato no sería el único candidato del cambio, del único cambio que para ellos es posible, el de “Patxi López, lehendakari”.
No dar bazas al adversario
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En otros países, la celebración de debates televisados entre los dos principales candidatos a ganar las elecciones suele ser habitual y ya es también una opción que gana terreno en las generales en España. Todos recordamos los “cara a cara” entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy e, incluso, los que gozan de mejor memoria recordarán el que hace más de quince años protagonizaron Felipe González y José María Aznar. La fragmentación política que vive el País Vasco, con siete partidos con posibilidades de tener representación en el Parlamento de Vitoria, complica las cosas. Además, en una Comunidad en la que el electorado apenas se mueve, las campañas se planifican y se hacen para no perder, para mantener lo que se tiene. Nadie arriesga, nadie quiere dar bazas al adversario. Más cuando en estas elecciones se produce un hito hasta ahora desconocido, la no presencia de listas de las izquierda abertzale, lo que deja huérfanos nueve escaños,- los que consiguió el Partido Comunista de las Tierras Vascas, el partido de las nekanes, en las anteriores elecciones de 2.005- a cuyo festín todos quieren asistir. La máxima expectación está ahora puesta en la espera de los resultados de nuevas encuestas. ¿Harán que los partidos muevan ficha? Hoy por hoy, esa es toda una incógnita.
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