A las 8.56 de la mañana, la misma hora en la que el Tupolev TU- 154 se estrelló al intentar aterrizar en medio de una densa niebla, sonaron sirenas y repicaron las campanas de las Iglesias por todo el país.
Kaczynski y el resto de la delegación polaca se dirigían a los actos del 70 aniversario de la masacre de más de 20.000 soldados polacos a manos la policía secreta soviética en el bosque de Katyn.
Se espera que cientos de miles de polacos tomen parte en el acto en honor a todas las víctimas que se celebrará esta tarde en el centro de Varsovia, en la plaza Pilsudskiego, cuyo comienzo estaba previsto para las 13.00 horas, después de dos minutos de silencio.
El acto contará con las intervenciones del presidente en funciones, Bronislaw Komorowski, el primer ministro,
Donald Tusk, y el ex primer ministro y hermano del presidente difunto,
Jaroslaw Kaczynski.
La ceremonia pública será seguida por un servicio religioso por el matrimonio presidencial oficiado por el arzobispo de Varsovia,
Kazimierz Nycz, que tendrá lugar en la catedral de San Juan a las 18.00.
A última hora del día se realizará una vigilia junto a los restos mortales del presidente y la primera dama. Después, los féretros serán trasladados a Cracovia, donde mañana se celebrará el funeral de Estado al que pretenden asistir varios líderes internacionales, entre ellos el presidente estadounidense,
Barack Obama.
No obstante, el caos aéreo que ha provocado una nube de ceniza volcánica procedente de un volcán de Islandia podría impedir asistir al funeral del presidente a muchos de los que en un principio confirmaron su asistencia. Ya ha sido así con el presidente español,
José Luis Rodríguez Zapatero, que ha cancelado su viaje a Polonia.
Kaczynski será enterrado junto a su esposa la Catedral de Wawel, de Cracovia, un lugar donde descansan héroes nacionales, poetas y reyes. Esta decisión ha sido motivo de polémica entre los polacos.
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