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Dos vidas paralelas

Dos vidas paralelas

miércoles 08 de septiembre de 2010, 22:15h

Llevamos más  treinta años compartiendo nuestros trabajos con una novia inseparable, la música tradicional, después de formar parte del conocido grupo Trigo Verde, Toño y Félix, o Félix y Toño comenzábamos un camino que iba a marcar nuestras vidas para siempre.

De la mano de Joaquín Díaz, tuvimos unos años de aprendizaje tanto en su casa sita en la calle de San Lorenzo, como en el medio rural donde aprendimos a conocer la humildad y hospitalidad que las gentes del pueblo  nos brindaba  de forma noble y generosa,  aprendimos a reconocer  las riquezas y tesoros que guardaban en sus mentes y que por razones de apremio en el tiempo, había que recoger  lo antes posible. Son estas personas anónimas e ignoradas, las que nos han aportado el material para poder hacer las labores que el grupo necesitaba.
¿Qué les impulsaba a colaborar con nosotros? Creemos que estas canciones para ellos se habían pasado de moda, el tango, pasodoble y la copla entre otros, hicieron un recorte muy importante, la aparición de la radio que cambió los gustos musicales y los medios de comunicación se encargaron del resto. Por eso cuando llegábamos a muchas casas se sentían aliviados al encontrar personas como nosotros buscando la música y las costumbres que habían vivido en sus pueblos.

Los dos coincidimos en lo mismo, los mejores momentos han sido recopilando material de campo, cuantas tardes de invierno a la lumbre de la cocina y con una pandereta o un rabel, rodeados de varios vecinos del pueblo hacíamos la “corrobla”, intercambiando canciones con ellos, hasta el punto de invitarnos más de una vez. Seguro que muchos informantes cuando cantaban no eran conscientes de la riqueza que nos estaban regalando, hemos contado más de seis mil temas recogidos en el medio rural, muchos están donados a  la Fundación Joaquín Díaz, para personas que necesiten estudiar nuestro patrimonio tradicional que no es poco.

Nos ha gustado recuperar instrumentos tradicionales, el rabel, la zanfona, el dulcimer… hasta el punto de reconstruirlos en un taller propio, ahora los utilizamos en nuestros conciertos.

Hemos recogido la música de nuestras gentes, hemos construido instrumentos tradicionales  y llevamos treinta y tres años en la tarea de  divulgar  todo lo anterior contado, desde el escenario, devolviendo al pueblo sus canciones de manera que las reconozca como propias y la vuelva a cantar, ese es el mejor premio que podemos recibir. Gracias a los informantes, Dios le de salud y vida, trigo para todo el año, y una gloria bien cumplida.

Toño y Félix o Félix y Toño: Candeal. Músicos

 

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