Lo peor es que no hay confianza de cara al futuro, porque el
69,8% creen que dentro de un año será igual o peor y sólo un 20,7% opina que
acaso la situación mejore el año que viene. Paralelamente, y en consonancia con
ese escepticismo hacia lo económico-social, nada menos que el 80,4% de los
encuestados por el CIS cree que la situación política española es "mala" o "muy
mala", mientras que otro 14,1% cree que es "regular" y sólo un 2,1% se muestran
optimistas y la califican de "muy buena" o "buena".
Es más, el 91,5 de los españoles piensa que la situación
política es igual de mala o incluso mucho peor que hace un año. Y al igual que
ocurre con la economía, un 78,2% augura para el año que viene una situación si
no igual, peor que ahora.
Como en anteriores sondeos, el paro ocupa la principal preocupación
de los españoles, subiendo espectacularmente hasta el 77,3 por ciento, seguido
de la corrupción y el fraude (37,1l%), los problemas de índole económica (32,5%)
y de los políticos en general, los partidos y la política (28,2%).
En este punto, asciende la preocupación por la sanidad, que
alcanza al 10,6%, pero resulta curioso que la vivienda sólo preocupe al 2,3%, o
que los problemas relacionados con la calidad del empleo sólo generen inquietud
al 2%, o que las pensiones, a pesar de las rebajas y de los planes
reduccionistas del Gobierno, sólo afecte al 2,2% de la población encuestada.
Crece, sin embargo, la preocupación por la educación, que afecta ya al 9,6%.