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Claves para la reactivación de la economía española

Claves para la reactivación de la economía española

martes 17 de diciembre de 2013, 10:59h
La internacionalización se ha convertido en un imperativo en el proceso de desarrollo de las empresas españolas, grandes, medianas y pequeñas, más allá de la superación de la desaceleración económica que ha experimentado España como consecuencia de la Gran Recesión.

Por tal motivo, el apoyo a la internacionalización de las empresas españolas se ha convertido en un eje fundamental de la política exterior de España.

En cuanto a las áreas geográficas de interés, España ha mirado siempre, de una forma especial, a América Latina y a Europa. Más aún, ha sido históricamente un interlocutor para la interacción entre ambos bloques estratégicos.

Para afrontar con éxito este reto, en la actualidad existen, a nivel nacional como desde las políticas comunitarias, una apuesta por el fomento del emprendimiento. Y, en esta nueva realidad emprendedora, el sector joven de la población española desempeña un rol protagonista, de avanzadilla y de liderazgo.

A nivel nacional, ya existen iniciativas que facilitan el autoempleo y la iniciativa emprendedora y la formación y la empleabilidad de los jóvenes. Tal es el caso, por ejemplo, de la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven 2013-2016, que promueve cien medidas para la consecución de tales objetivos.

Este impulso al emprendimiento se puede encontrar, también, a nivel europeo, donde destacan proyectos como la Garantía Juvenil Europea, cuyo objetivo es que ningún joven menor de 25 años se encuentre sin trabajo, formación o periodo de prácticas durante más de cuatro meses tras haber terminado sus estudios o quedar desempleado.

Además, desde Europa se ha hecho una firme apuesta por la movilidad de los jóvenes y, prueba de ello, es el Programa Erasmus Plus 2014-2020, que pretende reforzar las oportunidades no sólo para estudiar en el extranjero, sino para realizar prácticas profesionales, voluntariado u otras actividades en un contexto multicultural.

En cualquier caso, lo que demuestran estas iniciativas es que la sociedad del siglo XXI, cada vez más globalizada, requiere de profesionales habituados a un contexto multicultural por lo que es necesario desarrollar capacidades que permitan adaptarse a los cambios económicos, políticos y sociales del entorno. El tejido empresarial del siglo XXI apuesta por el talento humano.

Fomento del emprendimiento a través de la "Diplomacia Corporativa"

Las entidades públicas pueden contribuir de forma muy significativa a la internacionalización de las empresas y al fomento del emprendimiento y sacar, así, partido de toda la maquinaria que compone las relaciones diplomáticas de un país.

En este sentido, el concepto de diplomacia comercial se refiere, precisamente, a la recurrencia a las representaciones diplomáticas de un país para lograr la internacionalización de su economía y sus empresas.

Cabe citar, a modo ilustrativo, la labor del ICEX, es decir, una entidad pública cuyo objetivo es fomentar las exportaciones españolas como atraer flujos de inversión directa hacia España y prestar, además, asesoramiento a las empresas que deseen internacionalizarse.

A estas herramientas, se suma la cooperación entre actores públicos y privados.

Por otra parte, la internacionalización debe ser una política de Estado y no de Gobierno. Es decir, es imprescindible lograr el consenso en torno a unas bases que definan la política de internacionalización en el largo plazo y que persistan pese a los distintos cambios de Gobierno o el peso de los partidos políticos en el poder.

Esta concepción ha de ser también aplicada al escenario internacional. En la medida de lo posible, España debería marcarse unos objetivos que dirijan sus relaciones bilaterales y multilaterales en el largo plazo pese a los cambios de los líderes políticos en el poder.

Además, aquellos países que deseen captar el interés de los inversores extranjeros, deben marcarse una meta: garantizar la seguridad jurídica de dichas inversiones.

Los inversores necesitan, de antemano, la garantía de que habrá un respeto de sus derechos y de las reglas del juego previamente establecidas.

Se ha mencionado la internacionalización como una palanca para la consolidación de nuestras empresas en el extranjero, circunstancia que, obviamente, genera beneficios para nuestra economía. Al mismo tiempo, la internacionalización es beneficiosa para aquellos lugares en los que las nuevas compañías españolas se establecen, pues, mediante la alianza con instituciones locales, se genera un efecto multiplicador que genera un beneficio mutuo para todas las partes implicadas.

De un lado, las empresas deberían contar, en el momento de su aterrizaje, con la visión y experiencia de los actores locales, lo cual debería ayudarles a superar las barreras de entrada iniciales. Por otra parte, las empresas que inician su actividad en un nuevo mercado exterior aportan una visión distinta y particular a su modelo de negocio, que acaba enriqueciendo a los negocios locales existentes.

Por lo tanto, debe aprovecharse este efecto multiplicador que no debería verse como una amenaza, si no como una gran oportunidad de ganador-ganador para todas las partes involucradas.

Más allá y por encima de todo o mencionado hasta ahora, desde la perspectiva gubernamental como desde el liderazgo empresarial, se debe apostar por la innovación pues esta es una apuesta segura por la consolidación de la generación de valor añadido, de desarrollo y de bienestar en el largo plazo.

En conclusión, la innovación, el espíritu emprendedor y la creación de sinergias y alianzas con Stakeholders locales son las claves que han de tener en cuenta aquellas empresas que emprendan un proyecto de internacionalización.

[*] José Antonio Llorente es Socio Fundador y Presidente de LLORENTE & CUENCA
 
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