Zapatero: "ETA quiso hablar de política, y le hicimos saber que no íbamos a ceder"

Tema candente, sin duda, a sólo tres días de la ruptura definitiva de la tregua por parte de ETA. De ahí la expectación ante la entrevista que Iñaki Gabilondo iba a realizar, en rigurosa exclusiva, al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Pero poco ha aportado el presidente al conjunto de los españoles, aunque sus silencios fueron casi más elocuentes que sus palabras.

 Por empezar por el final, no ha dicho el presidente cuándo empezaron las negociaciones con ETA; no ha revelado cuántas reuniones se celebraron; no quiso entrar en cuándo se dio cuenta de forma exacta de que el proceso de paz no funcionaba; no explicó por qué se mostró tan optimista en su rueda de prensa del 29 de diciembre de 2006, cuando ETA ‘le voló’ la T-4 de Barajas tan solo un día después, y ni mucho menos reveló qué personas españolas y extranjeras establecieron los contactos.

  Ha sido, en el fondo, una entrevista larguísima, de cincuenta minutos almibarados, en la que el presidente ha utilizado su mejor baza, el semblante, los gestos y las expresiones deliberadamente suaves y dejando una sensación imborrable de cierta empatía –además de evidente simpatía- entre entrevistador y entrevistado.

  Zapatero iba respondiendo a las preguntas de Gabilondo de forma rotunda, ya se las esperaba: ¿Compromisos firmados con ETA? “Eso es absoluta y radicalmente falso y la mejor prueba es el comunicado de ETA que dice que el Gobierno no ha cedido”. ¿Cuándo se dio cuenta de que no funcionaba? “Nadie tiene un final predestinado”. ¿Por qué encalla la negociación? “Porque ETA plantea unos objetivos políticos que, siendo yo presidente del Gobierno, nunca los va a conseguir” ¿Cuántas reuniones ha habido? “Ha habido algunas reuniones” con “personas no sólo de nuestro país, sino de fuera de nuestro país y por razones de seguridad debo ser muy prudente”…

  ¿Siente que ha traicionado el pacto antiterrorista? “En absoluto. ¡Pero si es una propuesta que yo hice estando en el gobierno el PP!”. ¿Cuánto tiempo han durado de verdad las conversaciones? “No ha sido un proceso muy largo en el tiempo (…) ha sido un proceso corto (…) Ha habido contactos directos e indirectos, pero debo ser prudente y responsable”. ¿Su optimismo provino de los contactos Otegi-Eguiguren? “Esos encuentros eran una expectativa, pero ha habido otras que alentaban una posibilidad. Y hoy vuelvo a repetir, mi obligación como presidente del gobierno era intentarlo”. Y suma y sigue.

  Con esta entrevista, no hemos sabido más de lo que ya sabíamos sobre las conversaciones que el Gobierno y ETA han mantenido, pero sí hemos escuchado a un presidente que se siente ‘herido’ por una oposición que no ha respetado lo que él afirma que es su “derecho” a intentar la negociación para llegar a la paz, tal y como la intentaron Suárez, González y Aznar. “EL PP ha hecho muchas cosas y no ha ayudado nada. Como presidente del Gobierno, no solo tengo el derecho sino el deber de intentar un proceso que nos llevara al final de la violencia”. Ítem más: “No me hubiera perdonado a mi mismo no intentar verificar, sondear si ETA tenía una voluntad real de abandonar las armas”.

  Hemos sabido, sin embargo, que el proceso encalla en el momento en que ETA “ha querido hablar de política, dialogar de política, y la política solo se puede hacer en las instituciones democráticas y con ausencia de violencia”. Según Zapatero, les hizo saber a los terroristas que la “democracia no iba a ceder” en cuestiones políticas. Ahora bien, de las respuestas presidenciales se deduce que ni siquiera el gravísimo atentado de la T-4 le hizo perder todas sus esperanzas: “Ahí la esperanza para mí es mínima, prácticamente inexistente”, respondió Zapatero a la pregunta directa de Gabilondo, pero resulta obvio que “prácticamente inexistente” no significa “absolutamente inexistente”.

  Las nuevas medidas contra Iñaki de Juana Chaos; las acciones que se podrían emprender ahora contra Acción Nacionalista Vasca (ANV), y otras cuestiones similares fueron abordadas por Zapatero con la misma ambigüedad calculada que hiciera famosa Felipe González en el tema de la OTAN. “La política penitenciaria forma parte de la política antiterrorista”, y las circunstancias son distintas ahora, cuando se ha producido la ruptura de la tregua. Por eso volvió De Juana a la cárcel. Obvio.

  Sobre ANV, “si hay incumplimiento de la ley, el Estado lo aplicará con toda contundencia, dentro de la ley y con todos los mecanismos del Estado de Derecho”. Es legal desde los años 30, y Aznar –recordó Zapatero- le dio mucho dinero como resarcimiento de la incautación de bienes tras la guerra civil.

  Y la pregunta espinosa:¿Ha salido Navarra en las conversaciones con ETA? “Han salido muchísimas cosas, pero todo lo que sea materia de contenido político, eso sólo tenía un cauce: la representación legítimas de los ciudadanos y, desde luego, con ausencia radical de la violencia”.

  Mayor espacio ha dedicado el presidente a la posición mantenida por el PP. No comparte que el partido de Mariano Rajoy –con quien va a intentar, con pocas esperanzas, recomponer el diálogo el próximo lunes- haya perjudicado en las conversaciones con ETA -“El culpable de lo que pasa es ETA, quien rompe el alto el fuego es ETA, quien no ha tenido la gallardía de acabar con el horror, la valentía, es ETA”-, pero sí hubo mucha amargura en las respuestas presidenciales: “En mayo de 2005 el líder de la oposición me dijo que estaba traicionando a las víctimas con mi política antiterrorista”, y eso le dolió.

  Sobre Rajoy dijo que le había sido “absolutamente leal” en cuanto a compartir información, cosa que Rajoy niega siempre: “Le he dado información sustancial, pero era igual, porque había un guión prefijado, un discurso que se ha repetido”. Y una petición final: “Nunca más puede pasar esto: los demócratas no podemos estar divididos enfrentados cuando se intenta luchar contra el terrorismo, acabar con el terrorismo, no puede ser”.

  Ahora bien, no le extrañó que el PP “empezara a hacer oposición con el tema de ETA”, porque “vi cual fue su actitud con el tema del 11-M” (…) Era muy consciente de que no iba a tener ni un minuto, ni un día de colaboración en materia antiterrorista”, y es muy consciente de que la oposición en la política antiterrorista “lo va a hacer hasta el último día de la legislatura, lo anticipo”.

  Una referencia a determinada radio y determinado comentarista que afirma por las mañanas que “ETA tiene cogido a Zapatero por los ‘babones’”: “Me parece una canallada que no acepto bajo ningún concepto”. Pero no anuncia ni siquiera acciones legales. “Sólo faltaría que si se produjera un atentado me lo achacaran a mí”, llegó a decir, pero, claro, “se han dicho ya cosas graves, prefiero algunas de ellas olvidarlas”.

  Con la mejor de sus miradas, Zapatero dijo a la cámara que “estoy deseando hablar con el señor Rajoy cuantas veces sean necesarias”. En fin, el lunes se verán cumplidos sus deseos.