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La 'generación Obama'

La 'generación Obama'

martes 16 de diciembre de 2008, 19:34h
Pablo Muñoz

Los jóvenes nos sentimos muy representados por Obama, que no anonadados o cegados por su fulgurante ascenso. Una aparición que promete tantas cosas para cambiar el mundo que ofrece dudas... ¿Estará a la altura de las enormes expectativas?
¿Es Obama el cambio o es que simplemente vivirá una época de cambios? El presidente electo de Estados Unidos afronta un cambio de ciclo en la Historia moderna. Un momento de nuestras vidas en el que un político de raza negra es capaz de ganar unas elecciones en el país que vivió la esclavitud no hace tanto tiempo. Un país donde los corredores de la muerte se colorean de naranja pero también de negro. Y un momento en el que las economías mundiales se tambalean y con ellas, creen algunos tremendistas que todo el sistema capitalista.

En ese preciso instante de la Historia aparece Obama. Un interrogante que se mueve entre el cambio que puede representar y el producto de un sobresaliente marketing político. Es un hombre relativamente joven para esto. Tiene 47 años. Su simple presencia en la Casa Blanca ya supone una ruptura absoluta con el pasado. Pero... ¿qué habrá más allá de todo esto? ¿Es Obama el representante de una nueva generación? ¿Representa el demócrata a los jóvenes que vivimos este mundo cambiante? Lo fácil sería decir que sí. Obama llega con un discurso en el que, sin llegar a aproximarse a la izquierda política, algo impensable en EEUU, es rupturista. Y sí representa en algunas cosas a gran parte de la juventud. A los que no superamos no hemos conocido el franquismo. Ni a los 'grises'. Ni la bomba de Palomares. No hemos tenido que recibir represión por manifestar nuestra opinión. Sólo recordamos el 23-F gracias a los vídeos.

Pero hemos visto caer el Muro de Berlín. Hemos conocido la guerra del Golfo. Hemos visto cómo la antigua Yugoslavia se desquebrajaba a base de sangre y odio entre hermanos en plena Europa moderna. Cómo caían las Torres Gemelas y el mundo se convertía en una cruzada contra el islamismo. Nuestra falta de más experiencias vividas para comparar acontecimientos no nos debe hacer perder credibilidad de juicio y análisis. Creemos saber qué cosas mejorarían el mundo actual. Y es cierto que 'juventud' no debe ser sinónimo de progresismo, izquierda y revolución. No todos llevamos camisetas del Ché y sabemos qué supusieron los regímenes comunistas. Pero también sabemos que la 'era Bush' ha sido un error, al igual que lo debe reconocer la generación anterior.

Quizás por todo eso sí nos sentimos algo más representados por Obama, que no anonadados o cegados por su fulgurante ascenso. Una aparición que promete tantas cosas para cambiar el mundo que ofrece dudas... ¿Estará a la altura de las enormes expectativas? Para empezar, su administración tiene que afrontar la tasa de paro más alta en 15 años. ¿Lo hará como pensamos los europeos o lo hará como piensan los norteamericanos? EEUU es un país donde no es preciso el diálogo social con empresarios y sindicatos porque eso parece una abominación.

En el fondo, el planteamiento es parecido al de Zapatero. Cuando llegó al poder en 2004 por sucesos que todos conocemos, los jóvenes gritaron al unísono aquello de "Zapatero, no nos falles". Decir a Obama "no nos falles" es mucho decir. La juventud mundial, en términos generales, es hoy en día antibelicista. Quiere tolerancia y entendimiento entre naciones y culturas. Éstos serían los miembros de la 'generación Obama'. Pero unos jóvenes que también se preocupan por el difícil acceso a la vivienda o la precariedad del empleo.

Y ante esas circunstancias (guerras, vivienda, empleo...), la duda es si Obama obrará con el corazón o la cabeza. O en qué grado combinará ambas cosas. Un presidente de EEUU debe ser un hombre de Estado. Y eso significa no retirar tropas de forma precipitada. La salida de Irak, un gran debate en la sociedad norteamericana, va a ser tan delicada como las relaciones que mantenga con Irán. Lo que quizás muchos jóvenes se preguntarán es si el próximo presidente será un idealista o se pasará al pragmatismo. Porque los jóvenes de hoy en día perdieron la fe en la política. O en la forma de hacer política. Quitar esa idea a millones de jóvenes de todo el mundo será complicado, porque ni Obama hará como Zapatero con las tropas de Irak. Ni permitirá casarse a los homosexuales. Ni abolirá la pena de muerte. Ni impedirá que los ciudadanos posean armas de fuego.

No. Obama no puede cambiar el mundo. Ni los jóvenes. Pero si en algo somos la 'generación Obama' es porque, como él, soñamos con que podemos cambiarlo con métodos, formas y actitudes que consideramos más idóneas y justas. Y quizás, aparcando el idealismo de los 60 y 70. Siendo más realistas. El mundo funciona de otra forma. Y nuestra lucha, nuestro sueño, son que alcancemos un mundo mejor con estos nuevos políticos que 'gobernarán' ese mundo.
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