Si tuviera que resumir en una sola palabra el resultado del gran debate diría que la cosa quedó en tablas. Rajoy partía como caballo perdedor y consiguió, contra todo pronóstico, poner en serios apuros al que inicialmente se presentaba como el ganador de la carrera Zapatero. Digan lo que digan las encuestas del minuto -esas que se apresuraron a hacer las televisiones en una absurda carrera por ser los reyes de la Demoscopia- vimos a un Rajoy al ataque y a un Zapatero poniendo su escudo con gran eficacia.
En esta ocasión preferí no ver los toros desde la barrera y en vez de disfrutar del acontecimiento desde el reconfortante sofá de mi casa, me fui al lugar donde estaba la noticia para experimentar de nuevo el morbo que siempre me ha producido estar en el momento y en el sitio donde se cuecen las grandes noticias. ¡qué maravilla ser periodista en esos momentos!.
En la sala de invitados había personas de todos los pelajes ideológicos, la mayoría provenientes de las grandes empresas y periodistas de todas las tendencias, o mejor dicho colegas que trabajamos en medios de comunicación de todas las tendencias. Si de muestra vale un botón el silencio era conmovedor en el arranque del debate salvo contadas alusiones a la imagen de los candidatos. "El rojo lleva la corbata azul y la derecha se ha puesto de rojo, tal vez se han cambiado las tornas", se oyó comentar en voz baja a alguno de los presentes. En los dos primeros bloques gestos de evidente satisfacción entre los partidarios de Rajoy y comentarios que bajaban el nivel del debate en el bando contrario "esto parece el debate del Estado de la nación, ¡qué aburrimiento!, no hay propuestas". La cosa se dio literalmente la vuelta en la segunda parte, tras la vuelta de la publicidad, en la que los incondicionales de Zapatero comenzaron a hacer alusiones sobre el poderío mediático del presidente mientras los del otro lado se agarraban como argumento a lo tedioso de los temas que se estaban tratando: la globalización el cambio climático etc.
Nada mas terminar alguien preguntó en voz alta ¿ quién ha ganado? y la respuesta fué... un silencio ensordecedor. El único gesto de sinceridad real que encontré en la sala VIP de IFEMA, lo escuché en el servicio de señoras donde dos de las camareras que servían el catering estaban comentado la jugada "Zapatero es más guapo y Rajoy mas serio, pero al presidente se le nota que no tiene idea de lo que cada dia nos cuesta más llegar a final de mes. Al menos el otro ha intentado ponerse en nuestra piel, aunque seguro que en su vida ha tenido que pedir una hipoteca ¡que sabrá el!".
La conversación rica en matices concluyó de forma sorprendente: "Bueno, si además como nosotras somos inmigrantes no votamos, ¡qué mas nos da ¡... ". Al salir me encontré ya en el hall con Olga Viza -con la que me une una antigua y cómplice amistad desde los tiempos en que ambas trabajamos en Antena-3, y de donde nos echaron el mismo día - "Suerte -la dije- te toca el debate mas difícil, el del desquite y visto lo que ha ocurrido hoy ambos contrincantes se la juegan a esa carta y supongo que pasaremos de los floretes a los cuchillos largos".
Ella asintió y me dijo que estaba preparada. A la moderadora del lunes ganas y tablas no le faltan., aunque da igual dado lo antiguo y encorsetado del formato. Quienes ya están de los nervios son los fontaneros de Ferraz y Gënova que no han visto en la primera vuelta un claro ganador aunque arrimen el ascua a su sardina.
Si (
No(
