ZP, en la clausura de su congreso triunfal: "Hay quien espera ganar las elecciones con las dificultades"

Reelegido secretario general con casi el 90 de los votos, Rodríguez Zapatero ha clausurado el 37 Congreso Federal del PSOE con un discurso de cuarenta y cinco minutos lleno de total triunfalismo. De su intervención final ante el plenario se puede deducir que el Partido Socialista -y en definitiva, el Gobierno al que sustenta- va a emprender un giro tan radical que se adivina un enfrentamiento inevitable con fuerzas inmovilistas, y desde luego con la Iglesia Católica y con el PP.

La crítica al PP de Mariano Rajoy ha estado presente, en realidad, en todo el discurso de Zapatero. Pero especialmente en el campo económico, en el que se sigue negando a admitir la palabra ‘crisis’. “Sé que hay ciudadanos preocupados por la situación económica”, pero les ha prometido ayudas sociales. Y lo más espectacular de todo: “No falta quien confía en que las fuerzas se tuerzan para llegar al poder”, dijo, en referencia a Rajoy, y añadiendo que se aferran a la ‘idea de crisis’ para que las recetas para salir de la misma sean beneficiosas para sus propios intereses.

En un gesto de ‘generosidad’, Zapatero ha tenido un primer reconocimiento a “las serias dificultades por las que pasa la economía internacional y la española”, perjudicada por el petróleo y crisis de la construcción. Ahora bien, su ‘segundo reconocimiento’ ha sido para “la capacidad que tiene España para superar estas dificultades, que no son las primeras ni las más graves, y que las vamos a superar”.

Radicalismo político y social

En clave más interna, a los suyos les ha dicho Zapatero lo que va a hacer con todos: ha sido un mensaje dirigido muy especialmente a las mujeres -se anuncian más medidas para la igualdad-, a los gays y lesbianas, a los jóvenes y, sobre todo, a los inmigrantes ‘legales’.

No ha hablado de medidas concretas, pero en lo anuncio genérico está la concreción: habrá medidas para garantizar la ‘muerte digna’ –no será la eutanasia, pero se le parecerá-; se avanzará en el aborto hasta llegar a una ley de plazos; habrá ‘integración’ social de inmigrantes -en sanidad, en educación, en derechos…- lo quieran otros o no; el Estado será laico y ninguna religión marcará las pautas políticas y sociales españolas… Zapatero ha propuesto, en realidad, un cambio tan radical que augura nuevas tensiones sociales.

La ‘fábrica de ideas’ de Jesús Caldera

La clave de las ideas de Zapatero para su nueva acción de Gobierno la dio el propio presidente del Gobierno casi al final de su discurso de 45 minutos ante el Plenario del 37 Congreso: el ‘cambio’ que ha propuesto a los suyos va mucho más allá de la simple alternancia en el Gobierno: es “la transformación de nuestra sociedad para que los valores humanos prevalezcan sobre el dinero y el poder. Ése es el cambio del que hablamos”. Y lo quiere canalizar a través de la Fundación Ideas que dirigirá Jesús Caldera.

El ‘cambio radical’ pasa también porque el PSOE asuma nuevos espacios políticos, de empuje social, en medio ambiente, en la ecología, en la conversión de un ‘partido de acción’, de un instrumento útil para los ciudadanos… Y todo ello, o gran parte, debe salir de la Fundación Ideas que dirigirá Caldera. Con ese impulso a políticas no ya de izquierdas, sino radicales, Zapatero le quita hasta el espacio posible a la IU de Gaspar Llamazares.

Pero eso será en el futuro, porque para el presente más inmediato, y bajo las premisas de que “un partido unido en el Gobierno es un partido de seguridad para los españoles” y de que “representamos la España que más confía en sí misma… representáis al partido que más se parece a España”, Zapatero ha hecho más que prometer: ha asegurado que cumplirá con lo establecido en las Resoluciones del Congreso y que suponen un impulso radical a la acción de Gobierno.

Aborto, eutanasia e inmigración

Una parte muy importante de su discurso ha estado dirigida a las mujeres y su problemática actual: “Os lo agradezco a todos y os lo agradezco especialmente a vosotras las mujeres… sí, vice [Fernández de la Vega], os agradezco vuestro tensón, vuestra firmeza y vuestro coraje” en busca de la igualdad real en la vida diaria entre hombres y mujeres: contra las presiones, contra el maltrato, contra la desigualdad en casa, a favor de la ampliación del aborto para que no se humille ni persiga a ninguna mujer por interrumpir un embarazo no deseado: “Mi agradecimiento con vosotras es el de todo este partido”.

La ley de plazos en el aborto, pues, está en marcha. Pero también en el avance hacia la eutanasia: “Vamos a abordar los cuidados paliativos y el testamento vital” porque “no quiero que en este país se persiga con saña a quien trata de evitar el sufrimiento a los demás”. Es un aviso a inmovilistas, incluidos los integrismos religiosos.

Para los inmigrantes ha habido una parte especial, bajo la ‘percha’ de que van a poder votar en las próximas elecciones municipales: van a disfrutar de plenitud de derechos todos aquellos que “han decidido hacer de España su esperanza de trabajo y de calidad de vida”. “Que los inmigrantes lleguen de manera ordenada y legal”, debe ser el primer esfuerzo, según Zapatero, pero no el único, porque desde el momento que contribuyen a la seguridad social “tienen derecho a sus prestaciones, a la educación de sus hijos”. “Esto es lo justo” y si faltan plazas de guarderías, “los responsables no son los inmigrantes ni sus hijos”, sino los representantes de esas comunidades que no abren más plazas.

Al césar lo que es del césar

Para la Iglesia Católica ha habido un párrafo específico: se verá muy pronto cuál es el alcance de la libertad religiosa: “Hemos discutido sobre el carácter laico del Estado”, dijo Zapatero, lo que anuncia per se una nueva dinámica de enfrentamientos por la eliminación de símbolos religiosos en sitios públicos, por la financiación y, en definitiva, por un nuevo modelo Iglesia-Estado. Y, desde luego, para avanzar en “ensanchar y confirmar derechos a favor de todas las personas, con independencia de su orientación sexual”.

De cara al inmovilismo, Zapatero ha tenido también palabras para quien quiere excluir, en vez de aunar: “Quien os quiere excluir, excluye a media España”, ha dicho, y el PSOE apuesta por la España “que une, la que habla en una lengua y en varias”. “Los españoles le vuelven a España a aquellos que no quieren admitirlo”, de ahí que el PP no llegue al Gobierno, porque “el Partido Socialista es la forma de vivir España”.