La coña leopoldiana de ‘bermoldo’

Leopoldo Calvo-Sotelo tenía un sentido del humor casi legendario. Lo que ocurre es que era un humor británico, lleno de nieblas, que huía de la sal gorda, para pocos. De uno de sus libros de memorias extractamos unos versos que él atribuye a un amigo suyo, “altísimo poeta” (en realidad, claro, era él mismo). Corrían los años ochenta, y el panorama político estaba, más o menos como en nuestros días, dominado por los directores de dos periódicos, El País (Juan Luis Cebrián, en aquellas alturas) y ABC (Luis María Anson). Ambos tenían sus camarillas, sus favoritos, sus enemigos…y la clase política e intelectual tenía que bascular entre uno y otro, si quería seguir viviendo. Como ahora, más o menos. Calvo-Sotelo, en sus memorias, se acusa “de haber hecho míos, en algún momento, estos versos de un altísimo poeta”:

Qué espantosa situación
La situación en que están
Los que huyendo de Cebrián
Fueron a dar en Anson

No nos digan que no hay coña leopoldiana. O bermoldesca, que fue la broma de aquel verano en el que, en la playa de Ribadeo, Leopoldo fue retratado con unos llamativos bermudas, que poco casaban con su severo talante, y que fueron inmediatamente bautizados como ‘bermoldos’. Figura irrepetible la que se nos ha ido…