El problema es que, con esta nueva partida de recursos públicos, el Estado español se va a endeudar, en esta crisis en 180.000 millones como poco. Los correspondientes a los 100.000 millones en avales para las obligaciones bancarias, 30.000 milllones para la compra de activos financieros de alta calidad, 19.000 millones en ayudas a las pequeñas y medianas empresas a través de créditos ICO, 20.000 millones que cuestan las ventajas fiscales aplicadas por la supresión del impuesto del patrimonio, la reducción del impuesto de sociedades, y las reducciones en el IRPF, entre las cuales se incluye, naturalmente, los famosos 400 euros, y los 11.000 millones puestos encima de la mesa en la sesión de este jueves.
Los expertos calculan que 180.000 millones van a suponer un incremento del 10% del nivel de endeudamiento actual del Estado español, reducido a la mitad de la media europea en los años de bonanza y que ahora vuelve a acercarse a dicha media aunque todavía con cierto margen de maniobra y con la salvedad de que parte de esas cantidades se recuperarán a medio plazo
En cuanto al déficit público, el gasto, en función de la disminución de los niveles de ingresos, reducción previsible debido a la situación económica, hace prever un incremento superior al 3,5% del Producto Interior Bruto aunque
Rodríguez Zapatero ha dejado claro que la Unión Europea ha autorizado a los gobiernos a sobrepasar el límite establecido en el Pacto de Estabilidad debido a la situación.