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Sarkozy ofreció su 'silla' a España, octava potencia del mundo

Sarkozy lo consigue: ZP estará en la cumbre de Washington

Sarkozy lo consigue: ZP estará en la cumbre de Washington

viernes 07 de noviembre de 2008, 17:35h
Sarkozy quería a España en la cumbre de Bush… pero Bush, que es quien manda, tenía que invitarla para la reunión en Washington el 15 de noviembre. Tras intensas gestiones, la Casa Blanca aceptó lo que la Unión Europea decidiera al respecto. El presidente francés expresó su apoyo total a la presencia española. La UE, también. El resultado es que el Elíseo ha confirmado oficialmente en la noche de este viernes que España estará en la cumbre de Washington como 'octava potencia del mundo'. Horas antes, Zapatero había pedido “prudencia y paciencia” sobre esta cuestión, consciente de que “estamos intentando acudir a una reunión en donde, por lo que son los mecanismos, lo formatos tradicionales, no estaríamos”.

Entre las ocho y las nueves de esta noche Moncloa recibía por fin el placet: de La Presidencia francesa de la Unión Europea, cuyo titular, Nicolás Sarkozy, comunciaba oficialmente a los 27 Estados miembro que España estará en la Cumbre de Washington como octava economía del mundo. Las gestiones habían surtido efecto y todos los rumores que apuntaban hacia esa solución se confirmaban: la Casa Blanca había cedido, pero los países de la Unión, también.

La comunicación de la Presidencia francesa explica que en el seno del G-20 los estados miembros de la Unión Europea disponen tradicionalmente de cinco plazas y "se ha decidido que las cinco sillas sean ocupadas por Alemania, Francia, Italia, Gran Bretaña y España, como octava economía del mundo, a los que se suma el presidente de la Comisión Europea". El Gobierno español manifestó su agradecimiento a Francia, Estados Unidos y al G-20 y su satisfacción porque considera que España podrá enriquecer el debate en la cumbre financiera mundial.




Debate en el Consejo Europeo

En realidad, es el resultado final de la cumbre extraordinaria del Consejo Europeo celebrado este viernes en Bruselas. La posibilidad de que España estuviera finalmente en Washington estaba sobre el tapete: España jugaba acaso sus últimas bazas. Al final de la ‘cumbre’, en la que se han adoptado importantes decisiones comunitarias para afrontar la crisis económica, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, destacaba que su país defendía ante George Bush la presencia española, incluso ‘cediendo’ a Rodríguez Zapatero una de las dos sillas que a Francia le corresponden. Pero, claro, dijo que quien ‘invitaba’ era el presidente norteamericano.

No obstante, medios diplomáticos aseguraban entonces que España tenía vocación de sentarse en una silla propia. Sarkozy dejó entrever que Europa estaría representada en la cumbre no sólo por los cuatro del G-7 (Francia, Alemania, Italia y Gran bretaña) sino "por alguno más", aunque no reveló que ese "alguno" iba a ser España. Lo hizo al inicio de la noche, presumiblemente después de que la Casa Blanca diera su conformidad.

Pocos minutos después de la conferencia de prensa de Sarkozy -alrededor de las 16.30 horas- como presidente de turno de la Unión Europea, Rodríguez Zapatero comparecía igualmente en rueda de prensa, pero se mostraba muy cauto: pedía prudencia y paciencia”, reconocía que “es Bush quien convoca la reunión” y afirmaba, en un insólito ejercicio de humildad, que “estamos intentando acudir a una reunión en donde por lo que son los mecanismos, lo formatos tradicionales, no estaríamos”.

Sin embargo, mientras aún se desarrollaba en Bruselas la rueda de prensa de Zapatero, fuentes del Elíseo adelantaban ya a la agencia Europa Press que George Bush “no tiene ningún problema” en aceptar que Francia ceda a España una de las dos sillas que le corresponden. Después, fuentes de la Casa Blanca confirmaron que Bush no tenía problemas en aceptar lo que decidiera la Unión Europea en su conjunto sobre la presencia española.

El despacho con la información del Elíseo llegó hasta la sala donde se celebraba la rueda de prensa de Zapatero y, preguntado al respecto, el presidente español siguió siendo excesivamente prudente: “Estamos en un tema de gran trascendencia para España que no es fácil (…) Vamos a tener calma y paciencia”. Y, ante la insistencia periodística, llegó a afirmar que “los que están [en el G-20] están porque objetivamente representan algo” y no es tan fácil entrar en un club tan selectivo y que “debo de ser muy prudente, y cuando la decisión se produzca, lógicamente haré una valoración”. La confirmación llegó por fin hacia las 21.00 horas.

Los méritos de España

Previamente, el presidente francés había elogiado la candidatura española a la reunión de Washington. Preguntado al respecto, Sarkozy dijo que “no parece lógico que la octava potencia económica del mundo quede fuera” de la cumbre y que, dado que Francia tiene dos puestos en la misma, “no me plantea un problema que ocupe uno de esos escaños un país como España, sin quitarle el puesto a Francia”.

No obstante, Sarkozy había advertido de que “es un tema importante y la decisión no la tomo yo solo. Si reunimos el G-20, cuantas más delegaciones en Washington, más se abre la caja Pandora de la participación”. Fuentes gubernamentales explicaban a Diariocrítico que, efectivamente, los países asiáticos, por ejemplo, ven excesiva la representación europea en esta cumbre y que exigen más sillas para esas latitudes. 

En el caso español, las palabras de apoyo de Sarkozy merecieron la gratitud pública de Zapatero : “Hay que respetar lo que ha dicho Nicolás Sarkozy y le agradezco toda la tarea que está llevando a cabo y su tarea política”, pero es una reunión que convoca Bush y “es a quien corresponde adoptar las conclusiones oportunas”.

Reconoció Zapatero que “no es fácil y por ello tenemos que ser muy prudentes”, aunque “hemos ganado terreno en ese argumento, en esa idea: es un interés de París” y es “un objetivo deseado desde hace mucho tiempo, hagamos las cosas bien. Las decisiones las tienen que tomar quienes convocan esa reunión. Tengamos la prudencia y la paciencia necesaria y esperemos a que las decisiones se produzcan”.

No obstante, todo parecía -como así ha sido finalmente- que tanto España como Francia esperaban que el grupo de los 20 se abriera mucho más; es decir, que puedieran entrar nuevos países, y ahí estaría España. Ése sería el momento de dar el anuncio final.



Respuesta comunitaria conjunta

La presencia de España en la cumbre de Washington no ha despertado, según Zapatero, ningún debate en el seno del Consejo Europeo reunido en Bruselas. De hecho, según él, sólo el primer ministro de Luxemburgo, pero en su calidad de presidente del Eurogrupo, ha planteado la cuestión, aunque “el debate ha sido sobre contenido, no sobre asistentes”.

Por lo que respecta a los contenidos de esa cumbre en la capital norteamericana, Zapatero destacó que la Unión Europea ha llegado a un acuerdo para acometer una reforma en profundidad del sistema financiero y para poner en marcha un plan conjunto de reactivación económica en toda la UE.

Así, el Consejo ha abordado la necesidad de llevar a Washington un paquete común sobre transparencia, control y supervisión de la actividad financiera, reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI) para que realice más eficazmente su labor, y coordinación desde todos los ámbitos de los órganos regionales a un órgano global. “Esa reforma hay que hacerla rápida para introducir confianza y seguridad en los mercados y para prevenir cualquier crisis en el futuro”, dijo Zapatero.
   
El presidente español reflexionó sobre que para dar una respuesta a la crisis económica era preciso primero recuperar la confianza en el sistema financiero. En ese sentido, el Consejo ha mandado a la Comisión Europea para que presente un plan de acción el 26 de noviembre que recogerá todas las medidas de los distintos gobiernos, coordinará los elementos comunes de esas acciones y pondrá encima de la mesa iniciativas y planes propios de lo que representan las instituciones europeas y la Comisión. La propuesta será  debatida y aprobada en el consejo del mes de diciembre, “que será un Consejo denso de contenido y de trabajo”.
   
Por otro lado, según enfatizó Zapatero, esa respuesta coordinada que “debe contener una caja de herramientas”, relativas al empleo, infraestructuras, etc. “Lo mejor es hacer una apuesta en las inversiones que afectan a las energía renovables, a un nuevo modelo de energía que luche a la vez contra el cambio climático”, dijo.

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