Rajoy pide una comisión de investigación sobre Lukoil y la posible compra de Repsol

    El caso de ‘Repsol-Sacyr-Lukoil’ se ha convertido ya en el principal motivo de acusación y de cruce de reproches entre el Gobierno y el principal partido de la oposición. Las florituras verbales van in crescendo, como se ha visto en el debate parlamentario sobre la situación económica y las medidas del Gobierno para paliar la crisis.

    La petrolera rusa Lukoil salió a lo largo del debate, como no podía ser menos, pero lo huizo de una forma desgarrada: Zapatero llegó a insinuar relaciones antiguas de claro signo ideológico entre la derecha que representa Mariano Rajoy y la dirección de Sacyr, presumiblemente Luis del Rivero. ¿Con quién se hizo más poderosa Sacyr, con el Gobierno de Zapatero o con el anterior de Aznar, o incluso antes? Es la pregunta que Zapatero le arrojó a la cara a Rajoy. Vamos, que si hay ‘amigos’ y, por lo tanto, ‘amiguismo’, ¿quién fue más amigo de quién y en qué momento? Y otro dato más: Zapatero dice que está más preocupado por los ’20.000’ trabajadores de Sacyr que por cualquier tipo de críticas a la gestión gubernamental en todo este asunto. En definitiva, que parece argumentar que hay que salvar a Sacyr porque así se salva el empleo. Todo ello consta en acta.

    Eso, por un lado, pero, por otro ha sorprendido la defensa que Zapatero ha hecho de la petrolera rusa Lukoil, aunque haya sido una defensa a la inversa: acusando de ‘rusofobia’ a los dirigentes del PP. Dijo una frase que quedará para los anales: “La cosa de Rusia… hay unos sectores en este país que es una obsesión que permanece, permanece, y permanece”.

    Como Zapatero dijo todas esas cosas –y otras más- al filo de las 21.00 horas, después de siete largas horas de debate y cerrándolo en su calidad de presidente del Gobierno –es su prerrogativa-, no cabía turno de réplica –en Moncloa hay un perfecto dominio de los tiempos parlamentarios-. De esa forma, siempre es Zapatero el que dice la última palabra. Pero en este caso Rajoy se quejó personalmente y José Bono le concedió unos segundos de intervención: dado que ZP habló de ‘antecedentes’ en el ‘caso Rivero’, Rajoy retó a Zapatero a hablar de esos mismos antecedentes en el ‘caso [Francisco] Luzón’. Las cosas se ponen picantes. Fue en ese momento cuando Rajoy lanzó la andanada: quiere una comisión de investigación sobre la posible compra del 30 % de Repsol por la rusa Lukoil. Zapatero se limitó a decir: “No hay caso”.