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Lúgubre hospital de los pobres entre tétanos moscas y gangrena

Lúgubre hospital de los pobres entre tétanos moscas y gangrena

miércoles 20 de enero de 2010, 23:45h

Cité Soleil es un lugar desolador. Es uno de los barrios más populares de de Puerto Príncipe colmado de casas desvencijadas por un terremoto nunca antes visto, derruidas casi en su totalidad. En el centro de este lúgubre sitio funciona el hospital Choscan. Entrar a dicho lugar es una experiencia reveladora acerca de lo que esta ocurriendo en Haití.

Dentro de sus instalaciónes se amontonan los heridos de las clases más menesterosas de la ciudad. La escena no podría ser más desgarradora. Enfermos que rompen en llanto o que solo contemplan el vacío, infantes que sollozan mientras les realizan las más elementales curaciones con unicamente agua caliente para tratar de detener las infecciónes ante la falta de los medicamentos más elementales; estos gritos hielan la sangre. Son los que provienen de la estancia que funciona como quirófano, un abismo separa la noción de asepsia y lo que se encuentra mas allá de la entrada de este nosocomio. Al poco rato uno comprende que las únicas que reinan en el lugar son las moscas y la gangrena.

En el equipo de enfrente se encuentran los médicos, que al borde de la extenuación aun se esfuerzan tras siete días de arduo combate. Salvar una vida acá significa tomar decisiones duras. Las amputaciones se suceden a lo largo del día y los que aun no la sufrieron se aferran a un hilo de esperanza. Sus familiares tratan de espantar el ejército de moscas que se posan en todas las heridas, incesantemente, pero es una batalla desigual.

Dos médicas dominicanas con un temple inquebrantable se multiplican mientras atienden a la gente entre la basura que se acumula por los pisos. Elizabeth Félix es especialista en emergencias. Belkis García en cambio es anestesista, pero aquí no hay insumos, así que es una médica a secas otra vez. "La verdad que ninguna de las dos hemos vivido algo así jamas", reconocen.

Ambas muestran desconcierto ante la escasez de elementos de trabajo. "Recién hoy nos llegaron algunos medicamentos, pero hay muchos enfermos aquí que no comen hace días".

Los milagros parecen alejarse de los lugares mas oscuros de Puerto Principe, allí donde los más pobres se juegan la vida en un partido que no pueden ganar.
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