Yo aún creo en 'La Roja', ¿y usted?

La suerte puede hacer que por un milímetro o un rebote llegue la felicidad o la tragedia. Tal aseveración la dejábamos clara en nuestra anterior opinión, previa al inicio del Mundial, al analizar las posibilidades de que España, ¡por fin! tuviera su Mundial futbolero 'mirabilis'. Y los traviesos hados del destino, siempre al servicio de la diosa Fortuna, se pusieron en contra de España en el partido de este miércoles ante Suiza. Un encuentro en el que entre Villa, Torrres, Navas, Piqué, Xabi -al larguero- Iniesta etc. la selección tiró 24 veces a puerta, 24 -eso sí, sólo la mitad entre los tres palos, que tampoco está mal-. Un encuentro en el que los suizos que nos queríamos merendar sólo lo hicieron en cuatro ocasiones, cuatro: una de ellas el gol de rebote y otra al poste -vaya puntería-. De modo que sin la decisiva influencia de la suerte, este partido se disputa diez veces, se gana nueve y se pierde una, que tuvo que ser ésta, la más decisiva.

Por tanto, sin olvidar la tremebunda decepción para los aficionados, para esos españolitos de a pie abrumados por la crisis y a los que Gobierno, oposición y políticos en general sólo dan dos tipos de noticias -malas y/o pésimas-; sin olvidarlo, se insiste, tampoco vamos a hundirnos en ese defecto tan nuestro -y no sólo en lo futbolero, sino en otras tantas veces ocasiones trágicas- del cainismo. Porque 'La Roja' murió con las botas puestas -literal y virtualmente-, con ese juego con el que ha enamorado a todo el mundo, con el que logró la Eurocopa, con el que venció a Argentina, Inglaterra, Francia e Italia, con el que perdió sólo uno de sus últimos 50 encuentros. Con el que tan orgullosos estábamos  y al que, pese al fiasco, no renunció frente a Suiza, a la que se atacó a base de posesiones largas, de movimientos, de 'tiki-taka', de buen fútbol... sin acierto en el remate, eso sí.

Es más, Casillas y cía jugaron mejor, mucho mejor, que otros favoritos que, sin embargo, sacaron adelante -con victoria o empate- sus respectivos compromisos: pongamos que hablo/escribo de Italia, pongamos que hablo/escribo de Inglaterra, pongamos que hablo/escribo de Argentina, pongamos que hablo/escribo de Brasil, todos ellos adornados y favorecidos po la denominada suerte del campeón. En definitiva que, se insiste, sin echar en el esportón del olvido el petardo ante los helvéticos, sabemos que los de Vicente del Bosque tienen potencial y juego para clasificarse todavía. Por supuesto, no sólo es menester, justo y necesario, sino imprescindible, derrotar a nuestros dos próximos rivales, Honduras y Chile, teóricamente inferiores, como también lo era Suiza. Seguimos orgullosos de 'La Roja' y sus argumentos futbolísticos y confiamos en ella. Algo que quizás, dada la ola de pesimismo que ahora se está extendiendo - -también es muy fácil subirse al carro del perdedor- incluso en esos medios de comunicaión que tanto la glorificaron -a veces más en función de forofos que de periodistas, que esa es otra-, puede ser política y deportivamente incorrecto.Mas, se insiste, no es fe ciega, sino argumentada.