Las razones del éxito de
Miguel Delibes como escritor son las razones habituales del éxito: talento, disciplina y habilidad para las relaciones sociales. Y lo mismo que Julio Iglesias, con quien comparte su signo astrológico, el signo de Libra, cantó en una ocasión aquello de “me olvidé de vivir” – un verso que realmente suena cómico en sus labios cuando pensamos en su fortuna y en la deslumbrante lista de sus mujeres-, Delibes siempre hacía declaraciones humildes sobre su vida y su obra.
Pero, en una ocasión, la habitual humildad de Delibes se fue a criar malvas. Cuando le concedieron el premio Nobel a
Cela, no pudo dejar de declarar
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que, en ese momento, ya sabía que nunca se lo otorgarían a él. Y así ha sido. Miguel Delibes ha muerto sin el premio Nobel, que él ambicionaba obtener y que se merecía. Esa ambición de obtener el premio Nobel me parece nobilísima. Si uno hace una obra tan espléndida como la que ha hecho Delibes, ¿por qué no ha de aspirar al máximo reconocimiento? Delibes fue un gran aficionado a la caza y, por tanto, no le temblaba el pulso a la hora de matar un conejo. Obtener premios es una variante de disparar a palomas, liebres y jabalíes. Para conquistar el premio Nobel también hay que atreverse a disparar a los tigres. Cela no sólo se atrevía a disparar a los tigres sino que, cuando los cazaba, les pegaba un puñetazo en el hígado. En cambio, Miguel Delibes, cuando cazaba un conejo, por la noche, antes de dormir, le rezaba al conejo un padrenuestro.
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