¿Dónde recortar el gasto público en los 15.000 millones que demanda Bruselas?

El plan de reducción del déficit que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero envió a Bruselas preveía que para 2010 habría un déficit en España del 9,8% y del 7,5 el próximo año. Pero con la nueva revisión del plan de reducción 'aconsejada' por Bruselas, la previsión de déficit para el presente ejercicio quedará en el 9,3 por ciento y supondrá un recorte de 5.000 millones de euros sobre lo fijado en los presupuestos generales del Estado y en los planes de austeridad posteriores. Para 2011, las autoridades comunitarias han demandado un recorte adicional de 10.000 millones.

Un reciente informe del Servicio de Estudios del BBVA explicaba que el deterioro de las cuentas públicas ha sido espectacular en sólo dos años. Se ha pasado del 2% de superávit en 2007 al -11,2% en 2009. Según sus datos, la diferencia entre ambos años se puede explicar por ocho puntos de PIB de mayor gasto y 5,5 puntos de menores ingresos. De los ocho puntos de más gasto, tres puntos corresponden a mayor consumo público, algo más de tres a mayores prestaciones sociales (de las cuales, 1,5 puntos proceden de prestaciones por desempleo) y una cifra en el entorno del 1,5% del PIB corresponde a mayor inversión pública.

Así que el recorte es evidente (inversión pública y gastos corrientes) pero urge ya: mensualmente el Tesoro se ve obligado a emitir cerca de 20.000 millones de euros para financiar el desequilibrio entre ingresos y gastos, lo que engrosa el porcentaje de deuda pública sobre PIB, algo que no ha pasado desapercibido por Bruselas. Pero la Administración General del Estado tiene únicamente el 21,9% del gasto de personal del conjunto del Estado. El resto se lo reparten Comunidades Autónomas (50,6%), Administración local (23,6%) y Universidades (3,9%), organismos sobre los que en buena lógica debería plantearse un recorte.

Subir impuestos
La alternativa al recorte es una subida de impuestos, más impoular si cabe que el recorte, y cuestionable porque los ingresos previstos, dada la crisis economíca, son bastante improbables. La posibilidad ya fue sugerida por el Banco de España el pasado viernes en su Boletín mensual económico, en el que advierte de que unas previsiones oficiales demasiado endulzadas entre 2011 a 2013 obligarán a elevar aún más la fiscalidad: “La magnitud del desequilibrio presupuestario hace inevitable tener que recurrir al incremento de los recursos mediante las figuras tributarias con mayor poder recaudatorio y que menores distorsiones generen”. Y añade “los objetivos del programa son ambiciosos (en relación con el programa de reducción del déficit del Gobierno), pero se basan en un escenario macroeconómico optimista, por lo que su estricto cumplimiento puede requerir adoptar medidas complementarias”.

Esta misma teoría es la que defienden desde Funcas, la Fundación de Estudios Económicos, que recuerda que “no hay más remedio” que elevar los principales impuestos para recortar el agujero presupuestario

En cualquier caso, el próximo miércoles se saldrá de dudas. El presidente del Gobierno comparecerá el próximo miércoles ante el pleno del Congreso de los Diputados para exponer el plan del Ejecutivo para reducir el déficit público e informar de la situación creada por los ataques de los especuladores en los mercados financieros.

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, ha asegurado que "en principio" el recorte adicional del déficit previsto por el Gobierno para 2010 y 2011 no perjudicará a las políticas sociales."De momento es prematuro avanzar ninguna decisión en ninguna dirección", ha declarado Corbacho, si bien ha emplazado a los próximos días para conocer el reparto que el Ejecutivo hará de dicha reducción.  El recorte tampoco afectará a la aplicación de la Ley de Dependencia, según ha afirmado la ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez.