Archivada la causa contra Dani Mateo por sonarse la nariz con la bandera de España

El humorista Dani Mateo puede respirar. El juez Adolfo Carretero ha archivado la causa abierta contra él tras ser imputado por un delito de ultraje a la bandera tras un gag cómico en el que simulaba sonarse la nariz con una bandera de España. La Fiscalía había pedido su archivo horas antes, durante la mañana del miércoles.

La escena tenía lugar durante su espacio en el programa de humor satírico 'El Intermedio', emitido por La Sexta, el mismo programa que ya le generó probleas anteriores con la Justicia por reírse de la cruz del Valle de los Caídos. También, no hace muchas semanas, se mofaba de los restos mortales de Franco con una momia del dictador, en un número cómico que compartía con El Wyoming, director y presentador principal del programa.

La Fiscalía, en su escrito, explicaba al Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid que sus acciones se enmarcan en el ámbito del humor, en una escena que aunque contiene una "cierta dosis de provocación", está protegida por el derecho a la libertad de expresión y aunque sea un "mensaje crítico". También, añade, "no fue acompañado de conducta violenta alguna ni de otras expresiones o gestos vejatorios o insultantes ni de otros comentarios de exaltación, justificación o promoción del desprecio".

Por su parte, el juez aceptó el archivo de la causa pero se explayó a gusto contra el humorista: "Se trata (...) de una actuación humorística, muy desafortunada y provocadora". Pero admite: "No parece razonable continuar con el procedimiento".

En noviembre del pasado año fue cuando Mateo tuvo que acudir a declarar ante el juez, acusado de un delito de ofensas y 'ultraje' a símbolos nacionales. El humorista se acogió a su derecho a no declarar. Y todo porque un juez aceptó la imputación y llamó a declarar por la denuncia presentada por la organización 'Alternativa Sindical de Policía' en un juzgado de guardia de Madrid. Se le acusa de un "delito de ofensas o ultraje a símbolos de España o sus Comunidades efectuado con publicidad" y otro "delito de odio". Mateo ya pidió perdón en varias ocasiones a quienes se hubieran ofendido con su gesto, pero enmarcándolo en un número de humor y crítica política, amparado por la libertad de expresión.