Ha sido un gesto más que dentro de un ambiente de paz y aparente calma, confirma el enfrentamiento total por liderar el centro-derecha nacional. El diputado que Ciudadanos no ha cedido al PP en el Parlament de Cataluña para esta legislatura ha terminado de enemistar a naranjas y azules por mucho que Mariano Rajoy y Albert Rivera quieran dar una imagen de cordialidad desde la cúpula.
La realidad es otra: 'esto es la guerra', ha declarado el PP ya después de confirmar que tienen un problema en el sector electoral del centro-derecha en este país. Acostumbrados a no tener ningún rival en ese ala política, en el PP se habían acomodado luchando sólo contra los argumentos de la izquierda, ya sea la moderada y centrista del PSOE, o la radical de Podemos e IU. Lo que no imaginaban hace unos años en Génova es que el peligro de la pérdida de votos llegara por su lado.
Y es que las elecciones del 21 de diciembre ha sido la gota que ha colmado el vaso en el temor de algunos dirigentes del PP, que venían alertando a Rajoy desde hace tiempo. Rivera y su partido naranja les ha comido la tostada en Cataluña y, además, ha impedido que los 'populares' de Albiol tengan ahora grupo parlamentario propio al no llegar a los 5 diputados que son necesarios según el reglamento de la Cámara catalana.
Este gesto, que Ciudadanos ha descrito como una acción de coherencia política con sus ideales, incluso describiendo la acción contraria como un "fraude" a sus votantes, ha sido considerado en Génova 13 como la 'declaración de guerra' definitiva para, al mismo tiempo que combate contra ellos en las urnas, mantener las formas y los acuerdos a nivel nacional. Una dura convivencia que Rajoy y Rivera tendrán que saber encauzar en los próximos tiempos. El primer reto será aprobar los Presupuestos de este este año, pero se avecinan muchos más roces en los próximos años, sobre todo cuando en 2019 habrá elecciones autonómicas y municipales en mayo y en el PP se temen lo peor. ¿Se perderán gobiernos en comunidades que siempre han sido feudo 'popular'?
El líder de Ciudadanos, Rivera, justificó ayer que no vayan a prestar un diputado al PP para que tenga grupo propio en Cataluña porque, según señaló, "no quiero cometer ningún fraude". Rivera, en declaraciones a los periodistas, lamentó que el PP, en vez de hacer autocrítica por haber conseguido el peor resultado de su historia en unas elecciones catalanas "eche la culpa a los periodistas, a los ciudadanos y a los votantes". Rivera subrayó que Ciudadanos no es "ni el PP ni el PSOE", y no va a "cambiar cromos ni escaños" y no va a "cometer ningún fraude".
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