Teresa Freixes: "Nos queda un tiempo muy largo para volver a la democracia en Cataluña"

- Empecemos por el final: vistos los últimos acontecimientos. ¿Cuál va a ser el futuro de Cataluña?
Ya me gustaría tener la bola de cristal... Nos queda un tiempo muy largo para normalizar la situación, para volver a la democracia. No se pueden remontar décadas de nacionalismo, que han derivado en secesionismo, en unas pocas semanas.

- Muchos tienen la sensación de que los secesionistas se están riendo de la Justicia. Según cómo se ha orquestado este Golpe de Estado, a algunos les puede salir gratis o, al menos, muy barato. ¿Esto es así?
No creo. La justicia es lenta, pero al final actúa, mediante los procesos. Eso hay que entenderlo muy bien. No se puede pensar en la realización de juicios rápidos, sin garantías. Si queremos garantías, y es necesario quererlas porque estamos en democracia y en la UE, se tienen que respetar los tiempos judiciales. Y los tiempos judiciales no se acompasan, ni tienen por qué acompasarse, con los políticos.

- Todo lo que hemos vivido y aún estamos viviendo desde septiembre del año pasado y, sobre todo, desde octubre, ¿favorece o penaliza al "procés"?
Ambas cosas. Por una parte, lo ha favorecido porque lo ha radicalizado y, de este modo, puede parecer que el secesionismo triunfa. Pero todo indica que su apoyo e influencia social van disminuyendo (los sondeos y encuestas así lo expresa). Al mismo tiempo, su núcleo duro se va radicalizando, porque ya no puede contar con la fuerza de la masa y busca la masa de la fuerza.

- ¿Qué cree que pensará un catalán favorable al proceso de secesión ante el comportamiento de sus líderes?
Muchos hicieron, ya hace tiempo un acto de fe y no abandonan las creencias. Otros han sido oportunistas que, cuando todo esto pase parecerá que siempre fueron constitucionalistas, como cuando nos vamos enterando de todos los antifranquistas que existieron sin que lo supiéramos… De hecho, van a tener que “hacer el duelo” porque está claro que, en el siglo XXI y en la UE la creación de una Cataluña independiente no es más que un sueño irrealizable, hablando en positivo y suavemente.

- Si volviera a haber elecciones, como parece que finalmente va a suceder, ¿volverían a ganar los separatistas?
Puede que sí en escaños. Cada vez tienen menos porcentaje de votos y menos escaños, pero no olvidemos que el reparto de diputados por circunscripción es manifiestamente injusto. El voto de mis familiares que viven en Lleida vale más del doble que el mío que vivo en Barcelona. Un tal reparto de escaños ha sido declarado contrario a la igualdad del sufragio (sufragio universal es una persona un voto, pero valiendo lo mismo el voto de cada persona) por el Tribunal Supremo de los EE.UU. porque quiebra el principio de proporcionalidad.

- Más allá del 155, ¿Qué tendría que hacer entonces el Estado?
Estar presente en Cataluña, pues parece que no esté, ni lo ha estado. Se ha ido “retirando” a medida que se ha avanzado en lo que yo denomino el “federalismo de la centrifugación”, organizado alrededor de la compra del voto periférico en el Congreso de los Diputados cuando ningún partido ha obtenido la mayoría absoluta. Con esos “acuerdos” a cambio de obtener la investidura, aprobar los presupuestos, etc. se ha ido haciendo dejadez de las competencias estatales constitucionales. Lo hemos comprobado reiteradamente en educación, en sanidad… el Estado, que tiene competencias básicas en todo ello, no las ha ejercido. Y, claro, su puesto ha sido ocupado por los gobernantes regionales.

- Parece claro que el "procés" está basado en la mentira y en la cobardía de sus instigadores que, ante el posible azote de la Justicia, se quitan de la línea de fuego. ¿Se puede decir que el "procés" como tal está muerto?
Políticamente sí. No hay liderazgo ni programa, tal como se ha visto en el debate de investidura fracasado, cuando han pretendido que fuera presidente del gobierno catalán primero un fugado de la justicia, después un preso preventivo y, finalmente, un procesado por delitos graves que también ha entrado en prisión. Lo único que les une es el ansia de independencia y el rechazo a España. En el resto discrepan profundamente unos de otros. Va a ser muy difícil gobernar así. Y socialmente, pues ya lo he dicho, hasta que no se haga efectivo el duelo por el fracaso, estaremos ante una sociedad profundamente dividida, en la que de vez en cuando aflorarán brotes amenazantes cuando no de violencia física. Es necesario que vayan “desapareciendo” los recursos emocionales y económicos de los grupos que sostienen, en vano, al “procés”.

- ¿Qué opina de la orden de ingreso en prisión de Turull, Rull, Forcadell, Romeva y Bassa?
Han ingresado en prisión provisional, a la espera del juicio oral, tras el auto de procesamiento dictado por el Juez de Instrucción del Tribunal Supremo Sr. Llarena. El Juez ha considerado que se cumplen los requisitos previstos en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, según la interpretación que les dan el Tribunal Supremo y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Hay que respetar las decisiones judiciales.

- Carles Puigdemont ya está en manos de la policía. ¿Qué futuro les espera al resto de huidos?
La captura, como ha sucedido con Puigdemont, que ha sido detenido en Alemania, regresando de “internacionalizar el conflicto” en Finlandia. O la entrega, como es el caso de la exconsellera Ponsatí, que se había ido a Escocia. Veremos qué hace el Sr. Comín… o la Sra. Anna Gabriel, o la también prófuga Marta Rovira. Al final, no van a tener más remedio que cumplir con sus obligaciones ante los tribunales, porque veo muy difícil que puedan sobrevivir eternamente en Estados europeos (necesitarán renovar DNI… por ejemplo, o trabajar en algo que precise tener la documentación en regla). ¿O es que los fondos del “procés” son ilimitados?

Josep Borrell apadrina el libro '155. Los días que estremecieron a Cataluña'