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Una partida de ajedrez: Gobierno central y catalán se observan el uno al otro antes de dar nuevos pasos
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(Foto: EP)

Una partida de ajedrez: Gobierno central y catalán se observan el uno al otro antes de dar nuevos pasos

jueves 05 de octubre de 2017, 07:56h
El Gobierno de Rajoy espera conocer los nuevos planes del Ejecutivo catalán antes de tomar ninguna decisión drástica, como aplicar el artículo 155, pedir detenciones de dirigentes de la Generalitat o impedir la celebración de sesiones parlamentarias en Cataluña. Quiere saber al detalle qué pasará el lunes 9, cuando se celebre el Pleno del Parlament anunciado ayer, en cuya sesión podría aprobarse la tan temida DUI, la declaración unilateral de independencia.

Ayer, el Gobierno rechazó las críticas vertidas por el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, contra el Rey y aseguró que no negociará "ninguna ilegalidad" ni aceptará "ningún chantaje". En un comunicado, el Ejecutivo aseguró que las críticas al monarca "demuestran que el señor Puigdemont no sólo está contra la ley, sino fuera de la realidad". Asimismo, insistió en que si el presidente catalán quiere hablar, negociar o enviar mediadores debe antes "volver a la senda de la Ley que nunca debió abandonar".

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, criticó que el president no atienda el mensaje a "la moderación, la cordura y la convivencia democrática" que realizó el Rey y siga en una deriva que le "aleja de la rectificación que le pide todo el mundo". Santamaría dijo que Puigdemont ha llevado a los catalanes a la "mayor división" de la historia y le reprochó que insista en su deriva secesionista porque cada una de sus declaraciones es "un viaje a ninguna parte" ya que "fuera de la ley no hay democracia ni convivencia".

En la prensa, el diario 'El País' apunta que el Gobierno esperará a tomar las medidas extraordinarias que tiene en mente contra el desafío independentista hasta conocer los pasos que dé Puigdemont. El Ejecutivo, según el diario, tiene preparadas todas las respuestas legales frente a la posibilidad de que el Govern o el Parlament avancen en su desafío.

Mediación

Mientras, comienzan algunas mediaciones discretas para intentar algún tímido acercamiento a la negociación. El vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, se reunió ayer con el arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella, justo un día después de que éste acudiera a Moncloa junto a su homólogo madrileño, Carlos Osoro, a entrevistarse con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Tal y como informa TV3 y ‘El Mundo’, la cúpula de la Iglesia estaría ejerciendo de forma oficiosa como interlocutor entre el Gobierno central y el Govern de Cataluña ante el planteado desafío independentista.

En cuanto al nuevo discurso del presidente catalán, el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, tildó de "infame y un cúmulo de mentiras y manipulaciones" el discurso de Puigdemont, y criticó su "falta de respeto al Rey de todos los españoles, incluidos los catalanes". En su opinión, al igual que con Tejero, "no cabe ninguna concesión ni negociación con Puigdemont, ni mediación internacional".

El secretario de Organización del PSOE, José Ábalos, calificó de "cinismo político" la intervención del presidente catalán y le acusó de "escudarse" en la población catalana.

La líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, reprochó a Puigdemont las críticas realizadas al Rey y le recordó que incumplir las leyes y dividir a los catalanes no es el camino.

Desde Podemos, el secretario de Análisis Estratégico y Cambio Político, Íñigo Errejón, agradeció "la prudencia y el tono" empleado por el presidente de la Generalitat.

El lehendakari, Íñigo Urkullu, dijo que Puigdemont se mostró "dispuesto a la mediación para abrir una puerta al diálogo". "No ha dicho no a Felipe VI, le ha dicho que así no", añadió.

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