La portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, daba por hecho ya el rechazo del Congreso a la nueva senda de déficit propuesta por el Ejecutivo a Bruselas, y que se iba a votar poco después. El nuevo techo de gasto propuesto suavizaba el presentado por el gobierno anterior del PP, y permitía más gasto a las comunidades autónomas, con limitaciones, para atender urgencias de gasto.
El Pleno del Congreso ha rechazado la propuesta del Gobierno con 172 votos en contra, 81 abstenciones y 88 votos a favor. Según la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, "si el Congreso o el Senado rechazan los objetivos, el Gobierno, en el plazo máximo de un mes, remitirá un nuevo acuerdo que se someterá al mismo procedimiento".
El acuerdo de estabilidad presupuestaria, aprobado el pasado viernes, 20 de julio, por el Consejo de Ministros, incluye el límite de gasto no financiero, conocido como techo de gasto, para los Presupuestos Generales del Estado de 2019, que no es sometido a votación, y que se sitúa en 125.064 millones de euros, lo que supone un incremento del 4,4 por ciento respecto al de 2018.
El Gobierno contempla para el conjunto de las Administraciones Públicas un déficit máximo del 1,8 por ciento del PIB en 2019, del 1,1 por ciento para 2020 y del 0,4 por ciento para 2021. En el desglose por administraciones públicas, el de la Administración Central y el de las comunidades autónomas se reducirán hasta lograr el déficit cero en 2021. Para las entidades locales se contempla el equilibrio presupuestario en todo el periodo y para la Seguridad Social se reducirá del 1,1 en 2019 al 0,9 en 2020 y 0,4 en 2021.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, por su parte, ha criticado desde el Congreso la política de "trinchera" y "pataleta" que rechaza la senda presupuestaria del Gobierno y las abstenciones a los objetivos de déficit porque supondrá un "daño gratuito" a la ciudadanía y conllevará un ajuste de recortes de unos 18.000 millones de euros.
Pero el voto en contra de PP y Ciudadanos, así como la abstención de Unidos Podemos y nacionalistas catalanes (ERC y PDeCAT), ha tirado el proyecto. Celaá ha achacado este rechazo a un "excesivo dogmatismo y a intereses electoralistas" que impiden aprobar "la senda de bienestar para muchos ciudadanos".
Sin embargo, Unidos Podemos esgrimió motivos ideológicos y no políticos para su negativa y prefiere otro tipo de acuerdo, esta vez con su visto bueno. El Gobierno, a través de Celaá, dio a entender que intentará dentro de un mes o tras el verano presentar otro proyecto para ser de nuevo sometido a votación del Congreso.
El portavoz parlamentario del PDeCAT, Carles Campuzano, cuyo partido se ha abstenido en la votación de los objetivos de déficit, alega "falta de negociación" por parte del Gobierno.
Unidos Podemos sostiene, para su abstención, que se trata de "un techo de gasto diseñado para conseguir el voto del PP" y que "dejan 5.000 millones de oxígeno presupuestario por el camino". Sin embargo, el PP ya había anunciado que lo vetaría igualmente haciendo uso de su mayoría absoluta en el Senado.
El PNV sí ha votado a favor del techo de gasto pero reclamó al Gobierno una distribución de objetivos diferenciada entre administraciones y flexibilizar la regla de gasto. En todo caso, aplaude la nueva etapa de entendimiento con los socialistas y aplauden el "clima de bilateralidad y respeto institucional"
Esta derrota del Ejecutivo evidencia la minoría parlamentaria evidente que tiene el presidente Sánchez para sus proyectos, que apenas puede asegurar reunir a los 180 diputados que le invistieron presidente tras aprobar la moción de censura a Rajoy.
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