El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, revelaba ayer lunes que aprovechará su reunión de esta semana con Vladímir Putin en Alaska para solicitar "el cese del conflicto en Ucrania".
Durante una intervención ante los medios en la Casa Blanca, Trump declaró: "Voy a hablar con Vladímir Putin y le voy a decir: tienes que acabar con esta guerra. Tienes que terminarla". Además, mencionó la posibilidad de organizar un encuentro futuro que incluya al presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, aunque matizó que su presencia dependerá de una invitación directa.
Sin embargo, Trump volvió a cuestionar el papel de Zelensky en las negociaciones, señalando que, tras 3 años de guerra, el líder ucraniano no ha logrado ningún avance significativo en términos de acuerdos. El mandatario estadounidense también afirmó que Putin no busca el control total de Ucrania y adelantó que contactará tanto a Zelenski como a los líderes europeos después de su reunión con el presidente ruso.
Alemania convoca su propia cumbre
Mientras tanto, el canciller alemán, Friedrich Merz, ha convocado para este miércoles una cumbre virtual de alto nivel centrada en la guerra en Ucrania. En dicho encuentro participarán Trump, Zelensky, varios jefes de Estado y Gobierno europeos, así como representantes de la OTAN y la Unión Europea.
Según Stefan Kornelius, portavoz del Ejecutivo alemán, el objetivo principal será explorar vías para negociar la paz, analizar la seguridad regional y abordar las disputas territoriales.
Desde EEUU, las señales sobre la reunión entre Trump y Putin son ambiguas. El presidente estadounidense ha sugerido que un "intercambio de territorios" podría servir como base para alcanzar la paz, una idea que en Europa es vista con escepticismo. Actualmente, Rusia ocupa cerca del 20% del territorio ucraniano, mientras que Ucrania no controla ninguna porción rusa. Para Bruselas, hablar de "intercambios" podría interpretarse como una rendición parcial.
Posturas europeas
El primer ministro británico, Keir Starmer, ha sido claro en su postura: "Cualquier acuerdo de paz debe construirse con Ucrania, no imponerse sobre ella". Esta visión es compartida por Francia e Italia, quienes temen que un pacto precipitado pueda establecer un precedente peligroso para la seguridad europea.
En este contexto, la reunión convocada por Alemania contará con la participación de líderes clave, como los de Francia, Reino Unido, Italia, Polonia y Finlandia, además de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, António Costa, presidente del Consejo Europeo, y Mark Rutte, secretario general de la OTAN. También asistirá JD Vance, vicepresidente de Estados Unidos.
Zelensky quiere presión sobre Rusia
Por su parte, el ucraniano Zelensky pide a los aliados internacionales que mantengan las sanciones contra Rusia hasta que se garanticen medidas concretas de seguridad para Ucrania. En un mensaje publicado en redes sociales tras conversar con el primer ministro canadiense, Mark Carney, escribió: "El objetivo de los rusos es ganar tiempo, no terminar la guerra".
"No puede haber decisiones sobre el futuro de Ucrania sin la participación de Ucrania", subrayó el mandatario, reiterando que la presión internacional sobre Moscú debe continuar hasta lograr una paz duradera. En esta línea, Kaja Kallas, presidenta de la Comisión Europea, anunció que la UE trabaja en nuevas sanciones contra Rusia, más apoyo militar para Ucrania y en respaldar tanto su presupuesto como su proceso de adhesión al bloque.
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