El veterano político izquierdista Jean-Luc Mélenchon liderará finalmente una macro-coalición que dejará a pocas formaciones, minoritarias, fuera de la plataforma electoral con la que se presentarán en las legislativas francesas de junio.
El objetivo es no disgregar el voto entre las distintas sensibilidades ideológicas dentro de la izquierda y el centro-izquierda, además del ecologismo.
El último obstáculo era convencer al Partido Socialista (PS), que finalmente ha aprobado esta madrugada su integración en la coalición, no sin antes superar una gran oposición interna a perder sus siglas.
Pero tras el batacazo de las elecciones presidenciales de abril, donde no superaron ni el 2% de los votos con Anne Hidalgo, un sector socialista consideraba que era la única manera de salvar los muebles a corto plazo.
Los miembros del consejo nacional del PS votaron mayoritariamente a favor de formar coalición con La Francia Insumisa (LFI) de Mélenchon, uniendo fuerzas con ecologistas y comunistas.
Su proporción presencial será de 70 candidatos en las 577 circunscripciones disponibles para las elecciones del 12 y del 19 de junio (también se decide en 2 vueltas, como las presidenciales).
Cálculos electorales
Mélenchon triunfó como tercer candidato en las presidenciales, pisándole los pies a la ultraderechista Marine Le Pen. Si ésta obtuvo el 23,15% en la primera vuelta, el izquierdista logró el 21,95%.
Mejores resultados que los socialistas consiguieron tanto el ecologista-verde Yannick Jadot (4,63%) como el comunista Fabien Roussel (2,28%).
Hidalgo, alcaldesa de París, apenas logró reunir un 1,74% de los votos y se teme seriamente entre el socialismo galo que el partido pueda desaparecer de facto.
Mélenchon aún no ha finalizado sus adhesiones y espera convencer al Nuevo Partido Anticapitalista (NPA).
Esta plataforma izquierdista global, que aún no tiene nombre oficial, pero que podría ser Nueva Unión Popular Ecologista y Social (NUPES).
Se espera que esta candidatura de unidad supere el 30% de los votos, como mínimo, si consigue mover al electorado progresista que no quiere inclinarse ni por la ultraderecha ni por el liberalismo tecnócrata del partido de Emmanuel Macron. Aspiran a ser, al menos, la segunda opción de cara a la próxima legislatura.
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