Las energías renovables van ganando terreno poco a poco, y concretamente la solar. En el 2021 se produjo un boom de instalación de paneles solares en hogares.
En Manzanares el Real, al menos medio centenar de viviendas se habían adherido a las ayudas del 'Plan de Impulso Solar' –descuento de hasta el 50% durante cinco años para los hogares que instalasen paneles solares–.
Ahora, en 2022, el Ayuntamiento ha dado un paso más creando la ‘Comunidad Vecinal de Energía’. El proyecto pasa por instalar una planta fotovoltaica de 100 kWp en el tejado del Polideportivo Municipal, cuya energía se repartirá entre el propio polideportivo, el Colegio Público Virgen de Peña Sacra y, al menos, 15 familias del municipio, priorizando a las que se encuentran en situación de vulnerabilidad energética.
Fernando Román, concejal de Medio Ambiente y Transición Ecológica del Consistorio manzanariego, destacó que “la factura de la luz y la energía son una de las principales preocupaciones de las familias de nuestro municipio”, y por ello “ponemos en marcha este proximidad y democrática al sistema energético tradicional, basada en el apoyo mutuo, y que ofrece grandes beneficios sociales, medioambientales y económicos”.
En Arroyomolinos, se aprobó rebajar el IBI a los vecinos que optasen por las energías renovables con bonificaciones de hasta el 20% por la instalación de paneles solares. Ayuntamientos como el de Las Rozas cuentan con paneles solares para nutrir de energía a los edificios municipales.
Por su parte, en Valdemoro se multiplicaron por seis las peticiones particulares para instalar estas placas durante el verano: solo en agosto se recibieron 117 peticiones cuando en el periodo entre enero y mayo se registraron 97. Mientras, en San Lorenzo de El Escorial y El Escorial, asociaciones vecinales solicitaron a ambos consistorios una reunión para abordar las dificultades administrativas a las que se enfrentan los hogares de ambos municipios para montar placas solares.
Estos son solo algunos de los ejemplos de esta nueva tendencia en la Comunidad de Madrid. Y es que en el mes de octubre de 2021, la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura de la Comunidad de Madrid emitió una orden por la que se eliminaba la obligación de pedir licencia de obras para instalar paneles fotovoltaicos destinados a autoconsumo.
Después, en noviembre, la presidenta Isabel Díaz Ayuso anunció una nueva línea de ayudas de hasta 3.000 euros para la instalación de paneles solares, baterías de almacenamiento de energía y sistemas térmicos renovables, dirigida a particulares y comunidades de vecinos, que estaría determinada en función de la potencia elegida, las características técnicas de cada instalación y la naturaleza del beneficiario.
De hecho, a primeros de año existían ya en España un total de 200 instalaciones en estas comunidades vecinales en las que, gracias a la Ley de Autoconsumo de 2019, pueden producir electricidad en común si un 33% de los vecinos acuerdan la instalación de las placas fotovoltaicas.
Muchas son las virtudes de este tipo de energía, como el ahorro energético, la lucha contra la pobreza energética o el cambio climático, pero, ¿es beneficioso para el medio ambiente a gran escala?
Protesta por los macroproyectos de renovables en las zonas rurales
En el mes de octubre del año pasado, Ecologistas en Acción alertó de la sobredimensión de los proyectos fotovoltaicos en la Comunidad de Madrid, concretamente en el sur.
“En un contexto de emergencia climática en el que es prioritario descarbonizar la economía, debería valorarse positivamente la implantación de proyectos de generación de energía renovable en la región. Sin embargo, el sobredimensionamiento y el proceso especulativo en que ha caído el sector está llevando al rechazo de estos proyectos”, apuntaban en un comunicado.
El 16 de octubre, bajo el lema ‘Renovables sí, pero no así’, más de 180 asociaciones llegadas de toda España protestaron en la capital por este grave problema.
“La transición energética basada en plantas a gran escala en el medio rural es un error, porque tiene un impacto ambiental terrible, y un impacto social sobre el medio rural, sus actividades económicas y su calidad de vida”, explicaba al diario El País Luis Bolonio, portavoz de la Alianza Energía y Territorio (Aliente).
“Las renovables permiten democratizar la producción de energía y acercarla a los puntos de consumo, es decir, que la ciudadanía y las empresas pasen a ser productoras, escapen del oligopolio y abaraten la factura de la luz”, opinó.
En Madrid, según Ecologistas en Acción, hay en marcha 32 proyectos y otros 39 compartidos con Castilla-La Mancha, que afectan al territorio de la Comunidad de Madrid por las líneas de alta tensión que evacuan en las subestaciones eléctricas de diversos municipios del sur y sureste.
“La ubicación de los proyectos solo responde a las autorizaciones de accesos a subestaciones concedidas por Red Eléctrica. No hay ninguna planificación. La mayoría se concentran en zonas cerealistas y algunas en espacios protegidos –Parque Regional del Sureste, Parque Regional del curso medio del río Guadarrama y espacios Red Natura 2000–“, denuncia su portavoz, María Ángeles Nieto, a este periódico, incidiendo en que los principales impactos se producen en zonas de núcleos de población de aves esteparias.
Para Ecologistas, las soluciones más urgentes pasan por “contar con una planificación, desarrollar el autoconsumo, la instalación de este tipo en tejados, polígonos industriales, desarrollar plantas pequeñas de hasta 5 MW y fomentar e impulsar las comunidades energéticas”.
Cuatro posibles plantas que afecten a siete municipios
En Torres de la Alameda creen en los beneficios de la energía solar, pero sin que se perjudique la calidad de vida de los habitantes del municipio.
La Comunidad de Madrid abrió en mayo del año pasado un periodo de consultas sobre el Plan Especial de Infraestructuras (PFOT-195) para la instalación de cuatro plantas solares fotovoltaicas que afectan al término municipal de esta localidad, además de a otros municipios de alrededor como Pozuelo del Rey, Villalbilla, Valverde de Alcalá, Mejorada del Campo, San Fernando de Henares y Loeches.
Desde el Consistorio de Torres de la Alameda presentaron alegaciones en las que, además de tener en cuenta la calificación urbanística de los terrenos propuestos para la instalación de estas plantas fotovoltaicas, valoraban el impacto medio ambiental y social del proyecto.
“Desde el Ayuntamiento de Torres de la Alameda somos conscientes de que la puesta en funcionamiento de fuentes de energía renovables, conlleva beneficios tanto de carácter medioambiental, en forma de reducción de emisiones, como de carácter económico, traducidos en generación de empleo, creación de nuevo tejido empresarial y reducción de la dependencia exterior”, exponían en el escrito.
“Desde las administraciones públicas debemos trabajar para facilitar y favorecer la implantación de las energías renovables, pero siempre haciéndolo bajo criterios de eficacia y eficiencia. Bajo esa perspectiva de mayor eficiencia y eficacia, sin duda la instalación de placas solares fotovoltaicas para autoconsumo en cubiertas y tejados de los propios consumidores -domicilios e industrias-, superan con creces las iniciativas de crear huertos solares que ocupan grandes extensiones de terrenos en nuestros municipios”, agregaron.
Tras enviar las alegaciones, indican fuentes del Ayuntamiento a Madridiario que se encuentran “en un momento de espera”. Ha habido reuniones entre los municipios afectados, con la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid e incluso con el Ministerio de Transición Ecológica, responsable de la concesión de licencias para instalar las placas.
“El encuentro se mantuvo de manera telemática con técnicos de este Ministerio que tranquilizaron a los alcaldes y explicaron que, por ahora, son solo solicitudes para la instalación de placas y que se han recibido muchísimas más de la demanda a cubrir. Ahora el Ministerio y las Comunidades Autónomas tienen que analizar cada una de las solicitudes y aceptar las que consideren oportunas”, aclaran desde Torres de la Alameda.
“En ningún caso hay oposición a la implantación de la energía solar. La preocupación es solo que esa implantación se realice de manera que no perjudique a la calidad de vida de los municipios y con una clara apuesta por impulsar el autoconsumo en cubiertas y tejados por encima de huertos solares”, comentan.
El ‘Bosque solar’ de Getafe, otro ejemplo del problema
A finales de 2021, el Ayuntamiento de Getafe inició una consulta entre sus ciudadanos para realizarles esta pregunta: “¿Está de acuerdo con el proyecto denominado «Planta solar fotovoltaica Aldehuela, de 130 MW, y su infraestructura de evacuación, ubicados en los términos municipales de Getafe y Madrid» presentado ante el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico cuya localización se sitúa en la parcela de la Aldehuela ubicada en el Parque Regional del Sureste?”.
El proyecto, más conocido como ‘Bosque solar’, encendió todas las alarmas de los colectivos ecologistas, ya que se ubicaría en terrenos pertenecientes al Parque Regional del Sureste y al espacio protegido Red Natura 2000 denominado ‘Cortados y Cantiles Cuencas de los ríos Jarama y Manzanares’.
“Lo que llaman ‘Bosque solar’ es un proyecto de planta fotovoltaica que pretende ocupar casi 400 hectáreas dentro del Parque Regional del Sureste”, subraya Andrés Aganzo, responsable de la sección de Getafe de Ecologistas en Acción.
Sito entre el vertedero de Valdemingómez y la estación depuradora de Arroyo Culebro Cuenca Baja, este bosque solar sería el primero de la Comunidad de Madrid. Según se anunció en 2021, supondrá una inversión estimada de más de 115 millones de euros y permitirá generar energía renovable de proximidad para los centros de consumo del área metropolitana de Madrid, con una capacidad instalada de 237’5 MWp, equivalente al consumo anual de 138.000 hogares.
En esta consulta, 194 getafenses respaldaron el proyecto y otros 466 dijeron que no. Fue por ello que el Consistorio presentó alegaciones, todavía no resueltas.
Ahora, en 2022, tras darse a conocer la segunda fase del proyecto en la que la ampliación abarca 169 hectáreas y 18 centros más de transformación en terreno protegido, desde la Administración local manifiestan su negativa.
“La ciudadanía de Getafe es una ciudadanía comprometida con el uso de energías renovables así como con la apuesta por alternativas que eviten el calentamiento global, pero también muy comprometida en la conservación de los espacios naturales”, recogen en un comunicado.
En los informes que realizaron al conocer la primera fase del proyecto, “se hacía referencia por ejemplo a la protección de los espacios naturales y su fauna, la acumulación de otras infraestructuras en la zona, al impacto paisajístico o el control de residuos”, aportan.
“Esta segunda fase se acerca mucho más al cauce del río, precisamente cuando el Gobierno Municipal ha anunciado avances en el proyecto Getafe Río, para hacer transitables y proteger la naturaleza del Manzanares a su paso por el municipio. Su ubicación en cualquier caso se sitúa nuevamente en el parque regional del Sureste, ampliando la superficie afectada”, añaden.
Según Aganzo, el periodo de alegaciones a esta segunda fase acaba a finales de este mes de marzo. “Nos oponemos completamente al proyecto, básicamente por estar implantado en suelo de especial protección. No se debería utilizar el Parque Regional para ningún tipo de planta industrial”, critica.
Para Ecologistas, la alternativa “es evidente”: el suelo y los techos de toda la zona industrial del municipio no tienen apenas producción fotovoltaica, al igual que los edificios e instalaciones públicas; instalar allí paneles solares podría ser una gran solución, tal y como se está haciendo en otras localidades.
Por otro lado, fomentar el autoconsumo en viviendas y comunidades sería clave y, por último, llevar a cabo un estudio general en toda la región para saber en qué suelos se pueden colocar plantas de producción fotovoltaica acabaría con muchos problemas y se evitaría construir en zonas delicadas por su valor medio ambiental.
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