La segunda sesión de las XXIII Jornadas de Medio Ambiente, Desarrollo Sostenible y Economía Circular, organizadas por Madridiario, ha continuado este martes analizando los principales retos ecológicos y las políticas necesarias para proteger los recursos naturales y frenar el cambio climático. Con el lema '2026, Año del Medio Ambiente: desafíos y estrategias', representantes de instituciones, empresas y expertos del sector se han dado cita en The Palace, a Luxury Collection Hotel enfocados en intercambiar impresiones sobre incendios, residuos y urbanismo verde.
El director de Madridiario, Juan Pajares, ha abierto la sesión para dar paso a la primera mesa de debate que ha estado dedicada a la prevención de incendios bajo el título 'De la emergencia a la prevención: nuevos enfoques en la lucha contra los incendios', donde los participantes han reflexionado sobre la importancia de pasar de la reacción a la planificación y prevención en la protección de los ecosistemas.
En esta línea, la ingeniera de Montes y catedrática de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Montes, Forestal y del Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de Madrid, Inés González Doncel, ha reivindicado el papel de su gremio, tantas veces "invisibilizado" o, en el peor de los casos, "silenciado", en materia de prevención contra incendios. Entre las líneas maestras de su labor, González Doncel ha subrayado dos aspectos clave. Por un lado "promover la gestión de los bosques para que sean más resistentes, más resilientes" frente al fuego, lo que pasa por un mejor mantenimiento de las masas forestales para eliminar buena parte del "combustible" -árboles, matorrales, hojas...- que se acumula en los montes. Por otro, “combatir los tópicos de la educación ambiental próxima al pensamiento Walt Dinsey, en la que cortar un árbol o hacer un camino en el bosque parece un crimen". Y es que "un bosque bien tratado, con poco matorral, es mucho más resistente". Sin embargo considera que falta gestión. “Sobra madera y hay que cortar, pero la sociedad, excesivamente sensible, prefiere abrazarse a los árboles”, ha dicho la catedrática quien ha defendido la labor de las "ovejas bomberas" como "cortafuego" natural.
Más allá de la prevención, cuando un incendio forestal se descontrola, es turno de la Unidad Militar de Emergencias (UME), un cuerpo especializado en emergencias de todo pelaje, integrado por profesionales del ejército de tierra, la armada y el aire y el espacio y que, en coordinación con los diferentes cuerpos de bomberos regionales, se desplaza cada año por todo el territorio nacional -y el extranjero- a fin de paliar las consecuencias de las grandes catástrofes, ya sean medioambientales o de cualquier otra índole. "Nuestro principio irrenunciable es servir a España y proteger a los ciudadanos. Estamos preparados para intervenir de forma rápida y eficaz ante cualquier emergencia que pueda afectar a la población", ha garantizado el capitán de UME Julián Blanco Hernández, otro de los ponentes en la mesa. En suma, más de 700 intervenciones desde la creación de esta fuerza de respuesta "inmediata" en el año 2005. Su prioridad, ha insistido a continuación, siempre "la seguridad de las personas” apoyando a las comunidades autónomas, “que son las que suelen tener las competencias en estas materias, con personal adiestrado, motivado y acostumbrado a trabajar bajo presión".
En materia de extinción resultan además reseñables las innovaciones tecnológicas alcanzadas en los últimos años. Para muestra, el empleo de drones o nuevos líquidos "bloqueantes" del fuego. Es precisamente el caso de EcoFire, un producto español, 100 por ciento orgánico, ecológico, apto tanto para superficies como para el entorno y las personas y que, tras su aplicación en formato espray, crea una "capa carboxílica reflectaría del calor" que "corta la línea de fuego" -tanto urbana como forestal- por un periodo de entre 15 y 20 días. "Cuando aplicamos el producto creamos una capa carboxílica que queda adherida a la superficie sobre la que lo pulvericemos evitando la conductividad térmica. También permite evitar el contacto entre la superficie y el oxígeno, de forma que cuando llegan las llamas estas se van rápidamente al suelo", ha explicado su creador, César Sallén.
'Residuo cero en el horizonte 2026: marco legal y oportunidades'
La siguiente mesa 'Residuo cero en el horizonte 2026: marco legal y oportunidades', moderada por el director general de Servicios de Limpieza y Residuos del Ayuntamiento de Madrid, Víctor Manuel Sarabia, ha desgranado como claves en este desafío pedagogía y participación ciudadana, consenso político, colaboración público-privada y financiación para elaborar infraestructuras.
La primera de las ideas que se ha puesto sobre la mesa ha sido la reducción del uso de los vertederos, siendo la última alternativa para la gestión de residuos. Para Rafael Guinea, director general de Tratamiento Urbaser, la solución pasa por la implantación de herramientas jurídicas como prohibir los vertidos o subir la tasa del impuesto de vertido. Los miembros de la mesa han compartido que “la reducción de residuos cuesta dinero” y exige decisiones políticas y sociales complejas. “Lo que tenemos que hacer es separar los eslóganes fáciles del trabajo real”, ha subrayado Guinea. A colación, se ha manifestado la necesidad de la colaboración entre empresas y administraciones públicas. “Otra palanca que veo importante tiene que ver con el consenso político”, ha dicho el experto, advirtiendo que las políticas de residuos no pueden ser “batallas políticas de cuestiones que no lo son”.
Desde el inicio del debate se ha enmarcado un contexto normativo europeo. Roberto Torre, director general de Ros Roca, ha puesto de manifiesto las metas indicadas por los organismos internacionales. “El objetivo del 2025 era de menos del 13 por ciento de los residuos generados y estábamos en un menos 3% en 2022”. Además, ha subrayado que “el objetivo del 2030 es menos del 15 por ciento, estamos a tiempo, sí, pero se tienen que tomar acciones, rápido”. Ha coincidido en la necesidad de fortalecer la separación en origen como base de cualquier política efectiva. Por ello, la participación activa de la ciudadanía continúa siendo esencial para alcanzar las metas de recogida selectiva y reciclaje. Desde Ros Roca, contribuyen a ello a través del cierre de contenedores, que garantizan que sólo se depositen en ellos los materiales correctos. “Nosotros llevamos cerrando contenedores con cierres electrónicos desde el 2021-2022, en diferentes localizaciones en España”, ha explicado Torre. Sin embargo, también ha advertido que “la tecnología es necesaria, sí, pero no es suficiente”. La participación activa de la ciudadanía continúa siendo esencial para alcanzar las metas de recogida selectiva y reciclaje.
Este diagnóstico ha abierto un debate sobre las palancas estructurales necesarias para lograr esos objetivos, especialmente en un país que ha generado más de 23 millones de toneladas de residuos municipales en los últimos años. En este sentido, Sergio Cabellos, director de Negocio Público Centro de PreZero España, ha hecho hincapié en la importancia de educar y sensibilizar a la ciudadanía. “Nos falta mucha educación ambiental y esto está asociado al número de residuos que produce el ciudadano”, ha indicado el también ingeniero de montes. En cuanto a la valorización energética, ha apuntado que “si tienes que reciclar un 65 por ciento, que es tremendamente complejo y ambicioso, y tienes que gestionar un 35% de algo y no quieres mandarlo a un vertedero, la solución que te queda es aprovechar por lo menos la energía que contienen esos residuos”.
Por su parte, Antonio Gutiérrez , director general de Servicios Urbanos de Valoriza, ha alertado de que, a pesar de la inversión que supone la generación mínima de residuos, el marco legal de la Unión Europea tiene carácter sancionatorio para los países miembros. Según sus análisis, la necesidad de construcción de infraestructuras (como las plantas de tratamiento) es inminente para poder abrazarse a las metas europeas. En este aspecto, han criticado la lentitud administrativa para poner en marcha infraestructuras claves. “Desde que uno diseña o pretende tener una instalación hasta que realmente esa instalación mete la primera tonelada, pueden pasar entre seis, ocho o diez años”, ha explicado un Gutierrez. “Gran parte de ese tiempo se consume en temas burocráticos, de licencias o permisos”, ha puntualizado, reclamando una reducción de los plazos para acelerar la transición hacia sistemas más sostenibles.
Las empresas del sector también han destacado iniciativas concretas para cerrar el ciclo de los materiales. Javier Irigoyen, director general de FCC Medio Ambiente, ha contado que “están desarrollando líneas de investigación en relación con el plástico y la economía circular”. El experto ha descrito cómo han logrado recuperar plástico en sus plantas y transformarlo en granza para fabricar nuevas bolsas de basura utilizadas en diversas ciudades españolas. “Con esta economía circular y todos estos desarrollos que estamos poniendo en marcha, hacemos un mundo mejor y de alguna manera vamos aproximándonos a esto, que es la economía circular y lo que es el residuo cero”, ha afirmado.
'Ciudades que respiran: el urbanismo sostenible que viene'
La última mesa de debate, dedicada a las 'Ciudades que respiran: el urbanismo sostenible que viene', ha estado moderada por Leonor Rodríguez, redactora jefa de El Mundo Ecológico, quien recordado en su presentación que “el sector de la edificación ha sido responsable del 40 por ciento del consumo energético global y del 36 por ciento de las emisiones de Dióxido de Carbono en la Unión Europea”. En este contexto, ha subrayado que la arquitectura sostenible ha pasado de ser un nicho experimental a marcar la agenda normativa, especialmente desde la entrada en vigor de la Directiva Europea de Eficiencia Energética de Edificios, que desde 2021 exige que todas las nuevas construcciones sean de consumo casi nulo. La moderadora ha introducido así un debate centrado en cómo se están imaginando las ciudades del futuro y qué estrategias están marcando la transición hacia urbes más saludables, naturales y eficientes.
El arquitecto urbanista y vocal de la Junta de Gobierno del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM), Enrique Manzano, ha abierto el turno de intervenciones poniendo sobre la mesa la necesidad de replantear el modelo de desarrollo y no solo su sostenibilidad. “Cada vez que construimos, destruimos algo primero”, ha recordado, apelando a la responsabilidad de hacerlo de la forma más sostenible posible. Manzano ha insistido en el equilibrio de los tres pilares básicos de la sostenibilidad: el económico, el ambiental y el social, al que ha sumado otros factores como la gobernanza, la innovación o la participación ciudadana. Para el arquitecto, la combinación de la tecnología inteligente con los objetivos de salud y bienestar ciudadano se ha convertido en un eje clave de transformación urbana, apuntando a la integración de datos, sostenibilidad y conectividad como herramientas de cambio real. “La planificación urbana bien pensada reduce los desplazamientos. Si acercamos hospitales, comercios o espacios de ocio, la gente se mueve menos. Sin embargo, el desequilibrio entre vivienda y empleo persiste. En un municipio madrileño, por ejemplo, entraban y salían 14.000 personas cada día, incluso después de construir otras 14.000 viviendas. La residencia sigue desconectada de la actividad", ha explicado Manzano.
La educación y la formación de los profesionales del futuro han ocupado el centro del discurso de Julia Ayuso, directora de la Escuela de Sostenibilidad de la Universidad Europea, quien ha recalcado que “la infraestructura más importante que podemos tener en la ciudad es la educación”. Ayuso ha explicado que la universidad ha desarrollado nuevas metodologías de aprendizaje aplicadas al urbanismo sostenible, con el propósito de formar perfiles multidisciplinares capaces de afrontar los desafíos del entorno urbano. Ha puesto como ejemplo el Reto de Innovación Anual en Sostenibilidad, una iniciativa en la que colaboran universidades y empresas para dar respuesta a desafíos reales. Este año, ha detallado, cuatro empresas. Entre ellas: LG, con su programa Smart Green, que ha propuesto a los estudiantes el diseño de acciones de renaturalización de entornos urbanos. Uno de los proyectos más destacados ha sido el de un grupo de estudiantes de arquitectura y veterinaria, que han trabajado juntos en una iniciativa de renaturalización de los campus universitarios como nodos de recuperación de biodiversidad urbana. “Si los campus universitarios se convirtieran en focos de regeneración ecológica, la realidad de nuestras ciudades cambiaría por completo”, ha asegurado.
Desde la administración local, Marta Castromil, subdirectora general de Normativa del Área de Gobierno de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, ha destacado dos proyectos clave: el Bosque Metropolitano, concebido como un cinturón forestal que bordea la ciudad, y la conexión de las zonas verdes urbanas mediante vías verdes que buscan crear una red continua de espacios naturales. Castromil ha recordado que, tras la modificación del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid aprobada en noviembre de 2023, se ha introducido el llamado "factor verde", un parámetro que promueve la naturalización de las parcelas mediante la incorporación de cubiertas y fachadas verdes. Además, ha anunciado el desarrollo del Plan Especial de Cubiertas Verdes, un programa de fomento destinado a incentivar la implantación de estas soluciones en el parque edificado consolidado. En el plano económico, ha insistido en que “sin sostenibilidad económica no hay planeamiento, por muy bonito que parezca”, defendiendo la mezcla de usos y la hibridación urbana como claves para garantizar el equilibrio financiero de los proyectos. En cuanto a la colaboración público-privada, Castromil ha destacado que “es fundamental para impulsar iniciativas de sostenibilidad urbana".
Por su parte, David González, subdirector general de Urbanismo de la Comunidad de Madrid, ha puesto el foco en los corredores ecológicos y el Arco Verde, proyectos que buscan combatir el efecto isla de calor y tejer una red de espacios naturales interconectados. González ha recordado que estas infraestructuras forman parte de la estrategia regional desde 2010 y que han servido para integrar los estudios de impacto ambiental y territorial en los planes urbanísticos. “Hablar de ciudades que respiran no es una metáfora, sino una necesidad vital”, ha afirmado. Para González, la infraestructura verde no solo mejora el oxígeno o la calidad del aire, sino también la salud física y mental de las personas, como han demostrado estudios realizados junto a universidades madrileñas. Además, ha señalado la importancia del patrimonio natural y cultural de la región (parques nacionales, corredores ecológicos y caminos históricos) como una infraestructura de paisaje que sostiene el territorio.
Retos hacia el Madrid del futuro
El consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de la Comunidad de Madrid, Carlos Novillo Piris, se ha encargado de clausurar las jornadas aprovechando la ocasión para repasar los próximos movimientos del Ejecutivo madrileño en áreas como la gestión de la energía, la ordenación del territorio en un contexto de crecimiento demográfico como el actual o el tratamiento de residuos. Todo, claro, acompasado a las próximas modificaciones en textos normativos tan relevantes como la 'Ley del Suelo' o la futura publicación de la 'Estrategia de Economía Circular 2025-2032'.
"He estado echándole un ojo al programa y ya he visto que habéis tocado todos los palos, empezando por la ordenación del territorio", ha expuesto el representante de la Comunidad de Madrid al inicio de su intervención. Un asunto, ha reconocido, "que nos está ocupando mucho tiempo estos años" y en el que "estamos siendo muy atrevidos, muy valientes, con nuevos proyectos cada día, como es la Ley del Suelo. No queremos quedarnos en la parálisis por análisis".
Entre las principales "preocupaciones" del Gobierno regional, asumidas como "retos" presentes y futuros, se encuentra la gestión de "los recursos que necesitamos para seguir creciendo". Sobre todo, en el apartado económico. Se trata, fundamentalmente, del "agua y la energía". Y es que de ambos depende "la posibilidad o imposibilidad de crecer" en diversas áreas industriales. "Por primera vez en la historia nos encontramos con muchas actividades económicas que no se van a poder poner en marcha por la falta de energía" ha lamentado, con la vista puesta sobre los centros de datos, el propio consejero.
Otro aspecto a tener en cuenta, más aún a raíz del crecimiento demográfico previsto para la próxima década, durante la cual se espera superar la barrera de los ocho millones de habitantes, es la gestión óptima de los residuos. En este apartado, los esfuerzos de la Comunidad se centran ahora en "acelerar procesos", un objetivo, ha vaticinado Novillo, que solo será posible de la mano de colaboración entre la administración pública y la "iniciativa privada". Asimismo, la "gestión de los bosques" a fin de "prevenir incendios forestales" se integra también en la lista autonómica de prioridades.
Las jornadas han podido seguirse por streaming en este diario digital y también en redes sociales bajo el hashtag #AñodelMedioAmbiente2026. El evento, organizado por Madridiario, está patrocinado por FCC, PreZero, Urbaser, Valoriza, SacyrAgua, Universidad Europea, Alsa, Iberdrola, Ros Roca, Voltio y Comunidad de Madrid. Asimismo, colaboran Diariocrítico y The Palace Hotel.