El Ayuntamiento, como la casa
lunes 29 de septiembre de 2008, 10:47h
El grupo socialista pidió que el alcalde Gallardón diera cuenta pública de qué proyectos de obras quedarán anegadas por la tormenta de la crisis económica y con qué criterios se han establecido las prioridades, más que nada para aclarar lo que la semana pasada denunciaba el portavoz municipal de Izquierda Unida, Angel Pérez, en el sentido de que su plan de ahorro, obligado por una mala gestión según Pérez, no escatimaba en grandes obras, en proyectos que pueden esperar, y sin embargo afectaba a las obras que más interesan e importan a los ciudadanos.
Si las economías domésticas se han visto gravemente alteradas por la crisis y han de escatimar desembolsos, iniciar un plan de ahorro, restringir gastos corrientes y prescindir de la chica que iba a ayudar en las tareas de casa dos veces a la semana, más que todo eso le corresponde a la gran casa de los madrileños que es el Ayuntamiento, donde ya no se puede gastar lo que se estaba gastando y no se puede seguir pagando servicios auxiliares personales. En el caso del Ayuntamiento existe el agravante de tener una deuda importante, que es como una hipoteca doméstica, pero a gran escala.
El modelo doméstico es el más ajustado a lo que debe hacerse en el Ayuntamiento de Madrid, salvando las distancias presupuestarias y el condicionamiento político. Hay que suprimir grandes gastos, dejar para mejor momento las reformas de la casa y solo abordar aquellas necesarias, de consolidación, perentorias; ahorrar en pagos superfluos, como celebraciones extraordinarias o conmemorativas, quizá también haya que gastar menos este año en adornar la casa por Navidades, dejar más el coche y subirse al transporte público, comprar menos juguetes y más baratos en Reyes y abstenerse de contratar payasos para las fiestas de cumpleaños de los niños.
Algo de todo esto, en sentido figurado, debe hacer el Ayuntamiento, que además puede ahorrarse un pastón en el pago mensual de una extensa nómina de altos cargos, de asesores y arrimados. En cuanto a la posibilidad de subir los impuestos para redimir la penuria de las arcas municipales, no es la solución más imaginativa ni eficaz, porque subir los impuestos en tiempos de crisis es aumentar la precariedad de los ingresos domésticos y esto contribuye también al aumento del paro. Plan de ajuste, sí, señor alcalde, es justo y necesario,;cabeza, seriedad y equilibrio para ejecutarlo, imprescindible.