Jornada de reflexión

Guardan silencio después de haber vociferado y no se les echa de menos.
Vaya por delante que estoy convencido de que los únicos que no debemos callarnos somos los ciudadanos con derecho a voto, y que es más activo el voto en blanco que no ir a las urnas.

Votar es una obligación moral porque nuestra ausencia en los colegios electorales puede ser interpretada como un mal menor y los políticos deben saber que no nos producen indiferencia, aunque tal vez sí un poco de hastío.
La reflexión que merece esta jornada es que tenemos que hacerles pasar un mal rato y que perciban en su propia carne que no pueden seguir tomándonos el pelo.

En las empresas serias y responsables cuando un directivo no consigue la cuenta de resultados que le ha exigido el Consejo de Administración dimite o lo echan, pero aquí quienes fracasan en la gestión de nuestros intereses como ciudadanos siguen paseándose en coche o avión oficial o inventándose capulladas o mariconadas varias como bautizos civiles o conexiones interplanetarias.

Con la que está cayendo si mañana no ocurre nada en Europa y en España,
que no ocurrirá, es que los ciudadanos estamos instalados en el reino del pasotismo, la desesperanza o la dejación de nuestras propias responsabilidades.

Tal vez merezca reflexionar seriamente si éste es el Presidente del gobierno que nos merecemos o si el otro es el jefe de la oposición al que tenemos derecho. Lo que ocurra en las urnas les afectará a ambos…y también a nosotros.