Los personeros del régimen correísta añaden a su bombardeo sistemático contra los medios de información independientes, el recurso de hacerse entrevistas por ellos y luego, en un papel de víctimas que no les encaja, declarar a través de ellos que se les está coartando su libertad de expresión. Así vimos al Ministro de la Política o al Vicepresidente de la Asamblea Nacional pronunciarse en este sentido ante las cámaras de televisión ayer y el fin de semana.
La táctica es eludir las preguntas concretas que se les hacen y sacar el cuerpo a preguntas puntuales, refiriéndose a otros temas o sumiéndose en digresiones fuera de contexto.
Ante el reclamo de los entrevistadores, se les vio reclamar por su “libertad de expresión”. Una manera de aparecer como unos “ángeles” caídos del cielo a los que se les atropella sin misericordia.
Los actores se comportan según el libreto que se les pone delante y, como si tuvieran uno bien aprendido, los abanderados de la llamada ‘revolución ciudadana’ lo siguen al pie de la letra. Cosa que se cuidan de hacer ante los mansos entrevistadores que les sirven de alfombra en los medios de comunicación gubernamentales.
Una peligrosa trampa para atrapar a incautos. La desvergüenza en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables según el Diccionario, se denomina cinismo. Y con el cinismo más impúdico estos ‘revolucionarios’ eluden los asuntos de interés de la opinión pública. Un estilo que, unido al de la difamación y el insulto, mantiene a la galería entusiasta y aplaudiendo.