El 4,4% de las personas de la UE que trabajaban en la actividad económica en 2005 pertenecían a empresas del sector de la intermediación financiera, siendo estos datos los últimos de los que Eurostat tiene constancia. Los Estados miembros que más empleados tenían en este sector eran Alemania y el Reino Uni do (22%, cada uno), Francia (13%), Italia (11%), España (6%), Países Bajos y Portugal (5%, cada uno).
Aunque todos han obtenido tasas muy altas, el empleo en los organismos de crédito de éstos seis Estados miembros progresó de forma diferente entre 1996 y 2004. Así, creció un 20% en Países Bajos donde la tendencia a la adquisición fue un elemento clave, el Reino Unido aumentó un 15%, el crédito institucional alemán cayó después de 2001 -reduciendo su media anual al 0,9%-. Por otro lado, en Italia el empleo en esta área creció, mientras que en Francia y España se mantuvo estable.
El sector bancario creció una media anual de 0,4% entre 1995 y 2005, en comparación con el 2,5% del sector servicios y el 1% de la economía empresarial, mientras que la intermediación financiera representó un 11,3% del total del empleo de las actividades realizados en 2005 y en 1995 fue del 14%.
El suspiro de los créditos
En torno a 8.000 organismos de crédito se registraron en 2004 en la UE, de los que un 85% eran bancos -que contrataron en sus sedes el 92% del total de empleados del sector- y un 6% empresas especializadas en la concesión de estos servicios. Las instituciones de crédito de activos (préstamos) y de pasivos (depósitos) son los componentes principales del balance general total que indica el tamaño e importancia de las empresas. España se encuentra entre los seis Estados miembros que forman el grupo de los mayores contribuyentes al valor añadido y al empleo, además del Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Países Bajos.
En cuanto a la estructura de estas compañías de crédito, el sistema de cooperativa era el predominante en la República Checa, Alemania, Estonia, Italia, Lituania, Hungría, Austria, Polonia, Portugal y Finlandia. Las sociedades anónimas estaban más presentes en Bulgaria, Rumanía, Eslovenia, Eslovaquia, mientras que las empresas públicas tuvieron una importancia mayor en las tres economías nórdica s, y una situación mixta predominante en Bélgica, Grecia, España y el Reino Unido.
Los organismos que proveen servicios de intermediación financiera en los Veintisiete dividen sus gastos en tres grandes bloques: desembolso total de bienes y servicios (52%), costes de personal (44%) e inversión en bienes tangibles (4%). Esta última categoría representa para los países recién incorporados a la UE -Rumanía y Bulgaria- un cuarto del gasto total de los servicios financieros.
En cuanto al número de empresas cuya compañía matriz tiene residencia en el propio o en otro Estado miembro, España se sitúa a mitad de la tabla (76% de entidades de crédito locales están en el país). Además, Eurostat ha publicado que las filiales extranjeras de crédito están localizadas, en la mayoría de los casos, en países vecinos y en estados donde hay vínculos tradicionales con la UE. Asimismo, las empresas se asientan en países donde las condiciones fiscales o bancarias son favorables-como Luxemburg o o Irlanda- . Debido a su proximidad, las instituciones de Dinamarca, Austria y Finlandia invierten más en la expansión de los mercados de los Estados miembros adheridos en 2004