De túneles y subterráneos

Nervios, muchos nervios, en el rompeolas políticos de la Villa y Corte. La imagen gráfica es: mientras Ruiz Gallardón inaugura túneles -el urbano más largo del mundo entre ellos, saquemos pecho-, su rival socialista, el candidato Miguel Sebastián, andaba como desaparecido- menos mal que, aunque ya tarde, reaparece; otra cosa sería un hecho sin precedentes, como tirar la toalla--. Pero no sólo él: ¿dónde anda Zapatero, que ya ni en los mítines ni en las sesiones de control  dice casi nada que merezca un buen titular? ¿Dónde la vicepresidenta Fernández de la Vega?¿Dónde Solbes, que solamente sabe decir que la historia de Conthe, Arenillas y demás se ha “desmadrado” y que hubiese sido mejor “no desenterrar” estas cosas?¿Dónde Rubalcaba, que anda como perdido? ¿Dónde los demás ministros?
 
Así que tuvo que salir Zapatero, en el Congreso, en el atril y en los pasillos, y en el Senado, a responder a algunas preguntas inquietas e insidiosas. Nunca ha estado tan noqueado como ahora el Gobierno de ZP en los tres años y medio que lleva de andadura. Ni sobre la marcha del proceso con ETA, ni sobre las opas a Endesa, ni sobre los ‘paseos’ de De Juana, que tanto enfadan a los ciudadanos, está dando el Ejecutivo respuestas satisfactorias. Se han equivocado los estrategas monclovitas en el diseño de la campaña de apariciones mitineras de Zapatero, que sólo habla de lo bien que va España y de las leyes -sin duda beneficiosas- que este Gobierno ha impulsado. Llegó ZP a La Moncloa agarrando los toros más peligrosos por los cuernos y ahora simplemente huye del morlaco.

Y así están los socialistas, solos en el Parlamento como antes estaba solo el PP. Que no, no es que los populares estén muy acompañados ahora, contra lo que quisieran algunos medios y comentaristas: Imaz no dijo, en su ya famoso desayuno con Europa Press el martes, que iba a pactar con los ‘populares’. No. Fue un servidor quien se lo preguntó, por escrito -no hubo presión, por tanto, contra lo que decía algún tertuliano desinformado-, y lo que Imaz dijo fue que él no excluye nada, aunque de momento no se cumplen las condiciones. Me da la impresión de que no va a tener tan fácil Rajoy lograr apoyos nacionalistas si no varía drásticamente su rumbo y prescinde de algunos colaboradores.

Pero el caso es que el PSOE, en este odioso ‘affaire’ de las consecuencias de las opas sobre Endesa, que ha desembocado, por el momento, en la tremenda dimisión de Conthe en la CNMV y el nombramiento de Julio Segura como su sucesor, ni ha estado fino ni parece capaz de reaccionar. Y los aliados, comenzando por IU, socio en tantas comunidades y ayuntamientos de cara al 27-m, le abandonan en el Parlamento. A ver si va a resultar que los dos partidos mayoritarios nacionales, de espaldas el uno al otro, van a estar sometidos, ambos, a un ‘cordón sanitario’ por parte de los minoritarios, que se van creciendo, viéndose el fiel de todas las balanzas. Lo que nos faltaba por ver.

No parece, en fin, que Zapatero, máximo hacedor y deshacedor, sea consciente de lo que se está jugando en esta partida. El sigue, impertérrito, con su discurso, que ahora es un mal discurso, porque es incompleto. Tiene algunos golpes de pecho que darse, entre ellos la designación de Sebastián para la oficina económica que asesora a La Moncloa -tiene ya cuarenta funcionarios, de nivel alto, adscritos- y su posterior nombramiento, ‘digital’, para ser candidato nada menos que frente a Ruiz-Gallardón. Dos pifias seguidas, a las que habría que unir el mantenimiento de la dichosa oficina monclovita, ahora en poder de un personaje que gusta de las oscuridades y de mirar por encima del hombro al resto de los mortales, como es David Taguas.

Reflexión, debería ser la norma. Y prudencia, que es virtud escasamente practicada en estos días de silencios, oscurantismos y maniobras subterráneas. Y me refiero, claro, a los ya famosos túneles encharcados de Gallardón.