La Sección 17ª de la Audiencia Provincial de Madrid juzga hoy al ultra
Roberto Alonso de la Varga, de 32 años, vecino de Alcalá de Henares (Madrid) y supuesto agresor, el 10 de febrero de 2007, de
Mika Buene, congoleño de 43 años, que lleva casi tres años en una silla de ruedas a la que está condenado de por vida porque el agresor le rompió la médula espinal. Mika Buene vive en una residencia y sólo puede ver algunos días a sus hijos de 12 y 15 años.
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El agresor y el agredido se encontraron en un centro comercial de Alcalá de Henares. Alonso bajaba las escaleras del centro comercial, se dirigió a Buene y le pidió tabaco y un mechero. Al responderle que no tenía, Alonso empezó a insultarle: “Eres un puto negro y un hijo de puta por no tener un cigarrillo”. Buene cuenta que le respondió que él también lo era, ya que él tampoco tenía tabaco. El supuesto discurso de Alonso siguió en estos términos: “Eres un mono y el único sitio en que puedes estar es en el zoológico con tus compañeros”. Y añadió un “¡Arriba España”. Buene desistió de hablar y se dio la vuelta. Al quedar de espaldas al atacante, recibió un salvaje golpe en la nuca que lo tiró al suelo y le causó heridas gravísimas. Según el fiscal, sufrió una tatraplejia, además de graves lesiones en otras zonas del cuerpo. El fiscal pide para el agresor 12 años de cárcel. El Movimiento contra la Intolerancia, que ejerce la acusación particular, pide también 12 años de cárcel para el acusado. Ante un hecho así, ¿a quién no le hierve la sangre?
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