La finlandesa de Cadaqués

A todos aquellos que dan importancia al apellido como elemento indispensable de identificación con un país les interesará saber que no debe ser éste el aspecto diferencial identitario. Y ahí está el caso del identificativo familiar de abolengo catalán, aunque importado, Rahola.

Porque este elemento distintivo, que cuenta con distinguidos antecedentes en Cataluña -véase al político Frederic Rahola-, tiene su origen, tal cómo explica la periodista y política ocasional Pilar Rahola, en Finlandia. Es desde ese frío país de donde "en 1180, según los primeros documentos que se pueden encontrar en Cataluña" se 'importa' el apellido Rahola. Es en aquellos tiempos, siguiendo el relato de la famosa ostentadora del gentilicio, que éste llega a Cataluña, a Cadaqués, concretamente.

"Por eso, se puede decir que los que llevamos mi apellido veraneamos en esta típica localidad costera desde hace aproximadamente mil años", concreta Pilar Rahola, fanática de la bella localidad de la Costa Brava.

Que explica que su apellido nace como 'Rajola' o, lo que es lo mismo, en finlandés "piel de ardilla". Y este 'García' de Finlandia -por lo que parece, extrapolados, serían casos paralelos- evocaría a una unidad monetaria de cambio en aquellas remotas épocas. "Sí, en el medioevo, la piel de ardilla era la unidad de moneda de cambio entre los viquingos de Finlandia", explica Rahola.