¿Hasta dónde llegará el voto de castigo a Evaristo?

Aunque no se espera ninguna sorpresa mayúscula, existe cierto morbo por conocer el respaldo con el que llega a la presidencia de la nueva Caja Evaristo del Canto, el candidato ungido al alimón por Juan Vicente Herrera y Óscar  López. Será en el Consejo de Administración convocado para mañana viernes.
 
Antes, en la tarde de hoy jueves, la Caja celebrará su primera asamblea general conjunta, a la que están convocados sus 320 miembros, entre ellos el propio Del Canto, a quién el Pleno de las Cortes Regionales designó consejero la pasada semana. Dicha asamblea deberá ratificar la fusión aprobada por separado el pasado 5 de junio por las antiguas asambleas generales de ambas cajas. Se contabilizaron entonces 18 votos en contra, 15 de consejeros de Caja Duero y tres de Caja España.

Pero el morbo al que hacíamos referencia radica en la votación a celebrar el viernes. Se da por supuesto que habrá suficiente disciplina de voto para garantizar la elección. Pero también es seguro que Del Canto recibirá cierto voto de castigo, cuya proporción dependerá a la postre de que la votación sea o no secreta. Entre los 17 consejeros procedentes de Caja España, hay unos cuantos, sobre todo dentro del cupo leonés,  a los que les pide el cuerpo ajustar cuentas y votar contra el que fue director general de la entidad.

Por parte de los 17 de la antigua Caja Duero no hay nada personal, pero es evidente que tienen razones para pensar que el perfil ejecutivo del nuevo presidente no se ajusta al pacto de Tordesillas, según el cual las funciones ejecutivas habrían de recaer en el director general, Lucas Hernández.

Y luego está por ver que posición adoptan al respecto los dos consejeros de Asaja, José Antonio Turrado y Vicente de la Peña, quienes han impugnado judicialmente determinados acuerdos tomados en el Consejo de Administración celebrado el pasado 1 de octubre, el mismo en el que se designó presidente provisional al agente forestal Marcos García.

Con toda seguridad Del Canto saldrá presidente, pero no se librará de cierto voto de castigo. Únicamente falta saber que proporción alcanza dicho rechazo.