¿A qué juega CiU?

   Miguel Roca, el primer portavoz parlamentario de CiU en la democracia y padre de la Constitución, fue un referente en los años de la Transición. Roca tenía una virtud fundamental, sentido común. Y eso sí, al sentido común añádanle consistencia intelectual, una oratoria brillante, inteligencia, capacidad de consenso, etc, etc, etc. Gracias a la política que Roca hizo en Madrid CiU se ganó el respeto y el aplauso de toda España.    A nadie se le escapaba que Jordi Pujol era netamente nacionalista, pero también posibilista y sobre todo parecía tener sentido de Estado, de manera que aquel nacionalismo de CiU, estaba perfectamente integrado en la España de la Transición.    Del estilo de Roca es el actual portavoz de CiU en el Congreso, Duran Lleida. Y tanto es así que Duran suele aparecer en todas las encuestas como uno de los políticos más valorados. Pero mientras en Madrid Duran hace un discurso de "hombre de Estado", en Cataluña Artur Mas ha elegido un papel menos institucional y se mueve en el filo de la política espectáculo.    Hace unos días acudía a votar a una consulta popular sobre la independencia de Cataluña. También lo hizo Jordi Pujol para decepción de muchos. Pero Pujol ya está retirado y Artur Mas es el presidente de la Generalitat y por tanto el principal representante del Estado en Cataluña.    Por si fuera poco, dentro de unos días se debatirá en el Parlamento catalán una ley que permita a la Generalitat proclamar la independencia. La ley lleva la firma de Solidaritat Catalana por la Independencia, un grupo con cuatro parlamentarios.    CiU ha dicho que debatirán la ley pero no la aprobarán, de manera que será derrotada por los votos de CiU más los socialistas, populares y los de Ciudadans. Pero, por lo pronto, el espectáculo está servido. Y yo me pregunto por qué Artur Mas juega a azuzar el independentismo en la calle mientras que en el Parlamento da un paso atrás. ¿Qué pretende?    Promover y participar en referéndums independentistas no es algo baladí, no es una "boutade" sin importancia. Con esa actitud se está mandando un mensaje claro a los ciudadanos, y sobre todo se está burlando la legalidad. Artur Mas tiene que decidir qué quiere ser y sobre todo qué quiere que sea CiU. Lo que no es serio es que el presidente de la Generalitat vaya a votar de tapadillo a una consulta ilegal y luego se ponga serio en el Parlamento.    Mas tiene un problema y es que puede hacer que CiU se parezca cada día más a la actual Esquerra Republicana, y creo yo que esa sería la perdición de CiU. Hasta ahora, Convergencia había sido el partido en que buena parte de los catalanes veían como el más capaz para resolver sus problemas, pero sus problemas reales. Si Mas toma otra deriva terminará perdiendo a su electorado.    Es una pena que en el liderazgo de CiU no pese mucho más Duran Lleida, al que semana tras semana le vemos defender los intereses de Cataluña pero sin perder de vista los intereses del Estado, porque lo que es bueno para Cataluña es bueno para el resto de las Comunidades. Por eso cabe preguntar a Artur Mas no sólo a qué juega, sino a dónde quiere llegar.