La verdad es lo que importa
jueves 16 de junio de 2011, 13:58h
Se acaban de constituir los nuevos ayuntamientos y parlamentos autonómicos, en un entorno socialmente crispado, con una ciudadanía que piensa que los políticos representan uno de los tres grandes problemas del país, esos mismos políticos que deben solucionar el problema más importante: el paro.
Por otro lado, el movimiento 15M (más allá de ciertos excesos) está mandando un mensaje claro a nuestros gobernantes: déjense de políticas de partido y trabajen por solucionar los graves problemas de la sociedad, problemas que en ningún momento han generado los mileuristas, estudiantes, pequeños empresarios, jubilados o los cinco millones de parados.
Es que está claro que falta grandeza en los políticos y en sus partidos para arremangarse y ponerse a trabajar. Es lamentable el espectáculo que unos y otros están dando con las cuentas de los gobiernos autonómicos. Los que entran acusan sin haber tomado siquiera posesión y faltos de información fiable; los que salen intentan de todas la formas posibles justificar su labor y el estado de las cuentas públicas. Y en el medio, el ciudadano, el pagano real de sus políticas.
Ya está bien: esta sociedad exige dos cosas. La primera, que se cuente la verdad desnuda de las cuentas públicas, y la segunda, cómo se van a gestionar los recursos.
Empezando por los sacrificios que los propios políticos tendrán hacer antes de tocar, la sanidad, la educación o los servicios sociales. Los políticos no son nada más que puros administradores y como a tales se les debe exigir que cuenten la verdad, y que las cuentas sean transparentes.
Si el administrador de una comunidad de vecinos mete la mano en la caja, favorece empresas amigas o actúa en su gestión para favorecer sus interés personales, acaba despedido e incluso en la cárcel. Justo lo que hay que hacer con aquellos políticos que se olvidan ( a veces muy bien ) de que la política es servicio público y no una carrera profesional de la que vivir.
Porque no es verdad que los números sean fríos. Detrás de ellos hay personas perfectamente identificables. Lo más social que tiene un país y sus respectivas administraciones son sus cuentas y como ciudadano identificable exijo que me cuenten la verdad.
@arturosanromanf