¿Pierde fuelle el 15-m?

Muchas personas que esperábamos tanto del movimiento original del pasado 15 de mayo estamos empezando a pensar que esto amenaza con quedarse en nada. Y lo digo pese a la bastante multitudinaria ‘marcha sobre Madrid’ desde diversos puntos de España de este fin de semana, una marcha tan ordenada, tan pacífica…y, me temo, tan falta de contenido. El movimiento asambleario tiene sus ventajas mientras se elabora una proclama o en el hall de una Facultad, pero cuenta con el inconveniente de ser poco práctico. Y, así, cabe preguntarse: tras este 24-j, ¿qué?   He hablado bastante con muchos indignados en sus diversas vertientes y sigo pensando que a este movimiento, si de veras quiere pervivir, no le queda otro remedio que convertirse en una opción política o, al menos, apoyar a una opción política y medir sus fuerzas con otras opciones. Porque carece de sentido, en una democracia, despreciar los cauces democráticos; unas decenas de miles de personas en la calle, unos centenares de miles si usted quiere, no representan más que a ellos mismos y, al final, nos quedamos sin saber cuál es el grado de aceptación en la ciudadanía de unas propuestas que también, en general, desconocemos hasta sus últimas ramificaciones. Y eso debe ir mucho más lejos de las generalidades contenidas en los opúsculos que se han publicado en relación con esta ‘movida’. El movimiento ‘democracia real ya’, o los indignados en general, tienen un papel fundamental que jugar en la sociedad española, absorta y como paralizada ante el cambio que viene, incapaz de pensar más allá de si deben o no adelantarse las elecciones. Pero no será sin darse a sí mismos unos representantes que dialoguen con la sociedad  y con los representantes legítimos de esa sociedad.  Lo que quiero decir es que hay que aprovechar la existencia de esta corriente semiorganizada (y, por tanto, también semidesorganizada) para emprender una regeneración a fondo: tienen razón los caminantes sobre Madrid para estar enfadados. Pero tener razón ya se sabe que no basta. Ahora estos jóvenes –porque jóvenes son en su inmensa mayoría—que compondrán la generación dominante en 2020 tienen que ponerse a trabajar en una alternativa tangible y creíble. Tienen que ponerse a trabajar aunque lamentablemente, y este es el origen de todo, la mayor parte no tengan un trabajo digno de tal nombre. - Lea también: 'Indignados' de toda España celebran otro día de reivindicaciones en Madrid