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Hay sumas que restan

Hay sumas que restan

jueves 19 de julio de 2007, 00:01h

El Presidente Morales y su Nº 2 García Linera, preocupantemente cometen una serie de desaciertos que a la corta y mucho más a larga les van a llevar a soportar más de un problema en la conducción del gobierno.

Para solo señalar uno de sus graves errores, baste hacer referencia a la última adhesión que han efectuado ambos mandatarios  a la convocatoria a un Cabildo Abierto para el próximo 20 de julio en la ciudad de La Paz, lo que conlleva para ellos y el pueblo boliviano una serie de mensajes y consecuencias que vale la pena citarlas.

Repito lo dicho hasta el agotamiento, no asumen nuestros gobernantes que deben ser tales  para todos los bolivianos y no para un sector del país, de ahí que su adhesión a un Cabildo regional en lugar de fortificar a Morales Ayma y Garcia Linera, los debilita pues en otras regiones están sembrando  una resistencia de proporciones mayores que va a repercutir electoralmente en su contra y en los niveles de popularidad de ambos.

Su apoyo a la ciudad de La Paz, o es una muestra de debilidad gubernamental porque día que pasa se sienten más arrinconados en el Palacio Quemado por los conflictos sociales ya incontrolables que ellos mismos generan con su ineptitud en no conducir adecuadamente  la nave del Estado, o es una  reacción de hígado a lo que ellos suponen viene de la Media Luna, sin efectuar mayores análisis lo que les hace ver fantasmas en todos los  lados.

La ciudad de La Paz no debería estar tan contenta con este apoyo, pues en su consigna de que la sede no se mueve, se están quedando más y más aislados del resto del país porque el gobierno junto al Alcalde paceño y su elite minoritaria, le han puesto a las movilizaciones un sabor electoral, con sigla y colores partidarios incluidos, que son tan evidentes que da vergüenza ajena, entonces repitiendo a Marcelo Quiroga Santa Cruz se puede afirmar en este caso que hay sumas que restan.

La propuesta de la capitalidad plena para Sucre, no es algo que deba ser resuelto unicamente entre sucrenses y paceños, por el contrario este es un tema que atinge a todos los bolivianos, de ahí que su alcance supera lo regional para convertirse en nacional, y algo que desgraciadamente el gobierno nacional no quiere comprender.

La conducta gubernamental dista mucho de ser  serena y equilibrada, pues en lugar de agudizar las contradicciones para contento del entorno radical presidencial, debería más bien contribuir a aplacar democráticamente los ánimos y mantenerse ambos mandatarios  neutrales en el tratamiento de la capitalidad, por una sencilla razón práctica y de carácter legal, no esta en sus manos la definición del tema, pues los escenarios legales abiertos para resolver esta situación han sido señalados en la Asamblea Constituyente de la ciudad de Sucre y  si esta no tiene la capacidad de articular consensos será finalmente el soberano el que tome la decisión última en el referéndum confirmatorio que se tiene previsto realizar una vez redactado el Nuevo Texto Constitucional.

De ahi que recurrir a la estrategia del miedo con el pretexto de que el tratamiento de  la capitalidad provocará confrontaciones entre bolivianos no es cierto, salvo en el deseo de quienes asumen la consigna “la sede no se mueve”, que en lugar de recurrir a los mecanismos que la democracia nos ofrece para dilucidar nuestras propuestas, se vean más bien tentados de recurrir a la violencia.

Si en Bolivia se instala más violencia de la que hay y esta vez con el pretexto  de la capitalidad, no será por los sucrenses ni desde Sucre, porque es algo que no esta en los planes, justamente porque un acto de fuerza les privó de ser sede de todos los poderes del estado y por ello  mismo se oponen a la tesis chilena de que la guerra otorga derechos, de ahí que los únicos responsables de que eso suceda serán aquellos que vierten  amenazas como  el Presidente y el Vicepresidente de la República,  el Alcalde de la ciudad de La Paz, aliado del MAS y una elite reducida paceña que se atribuye abusivamente la representación de más de un millón de ciudadanos que viven en la hermosa ciudad de  La Paz.

En suma más parecería que el MAS, en su estrategia del copamiento del poder total, esta preparándose para una confrontación que nadie la quiere y que su principal trinchera estaría en la ciudad de La Paz, bajo el supuesto que esta es el único lugar que le otorga una garantía numérica -para la guerra o para las elecciones- lo que le permitiría equilibrar fuerzas con el oriente boliviano y porque en El Alto unas cuantas organizaciones sociales le son afines a sus propósitos.
Sucre, 18 de julio de 2007

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