Off the record - 4 septiembre 2007

LA ECONOMÍA NO ES UNA BALSA DE ACEITE

Llenan las páginas de los medios informativos. Iberdrola y ACS –escenarios enormes, pero estrechos para dos personalidades tan expansivas como sus máximos ejecutivos– por el encadenamiento de éxitos. Ferrovial porque los serios errores y cierta falta de solidez de gestión empiezan a encadenarse en su debe desde aquella pequeñita pero fea “espantá” de las Torres de Tenerife. Sogecable y Mediapro porque la guerra empresarial sobrenada un conflicto político y mediático de envergadura. Estos serán algunos de los protagonistas recurrentes de los próximos meses. Lo de la SGAE, que ya ha saltado a las primeras páginas, es otra cosa, con otras trastiendas y feos perfiles, que habrá que contar en detalle.

Habrá cascada de novedades en todo lo que forma, comercial e industrialmente, el soporte empresarial de la sociedad digital. Habrá también movimientos sísmicos en fondos de inversión y planes de pensiones, y mucho más suaves paradójicamente donde más se temen, esto es, en el sector hipotecario, pero también los habrá. Decíamos ayer que el curso político se avecina de infarto, pero tampoco va a ser una balsa de aceite el económico y empresarial. “Terminador”  Trichet no se rinde ni atiende a razones, ni comparte la prudencia y suaves modos de Solbes.

LOS VOTOS TAMBIÉN COTIZAN

Y da para bromas fáciles, pero no es cosa de broma, la contaminación económica del voto. ¿A cuánto se cotiza el voto de un joven en busca de techo? ¿Y el de unos padres en busca de sucesión? ¿Y el de una viuda con más obligaciones que recursos? ¿Y el de un honrado inmigrante en busca de seguridad?

Es un estilo de hacer política que produce sonrojo, pero se equivocarían los que menospreciasen su eficacia. Los métodos del clientelismo político no son una invención de ahora y tienen una larga historia de éxitos. Quizá lo novedoso sea el traslado de esos métodos a la política de ámbito estatal, pero no tiene por qué funcionar menos de lo que ha funcionado, y es mucho, en los niveles local y autonómico. Lo contaremos. 

IBERDROLA AVANZA EN ESTADOS UNIDOS

Ninguna inquietud en Iberdrola por la denuncia de accionistas de Energy East contra su propio consejo de administración por el precio aceptado para la venta de la compañía a la ya primera energética española. Sánchez Galán sabe que el pleito, típica iniciativa muy “made in USA” de abogados a la caza de una parte de lo que obtengan para los clientes –también se practica en España, ya contaremos algunos casos interesantes o por lo menos, divertidos– difícilmente va a prosperar cuando el precio es casi un 30% superior a la cotización del momento en que se formuló la oferta.

Las imparables líneas de crecimiento, diversificación e internacionalización de Iberdrola siguen adelante y darán no pocos temas off the record durante los próximos meses. La impresión general es que Sánchez Galán tiene impecablemente tomadas las medidas del negocio y ninguna inquietud por ese flanco. Cosa distinta pueden ser los movimientos internos del accionariado que pueden resultar apasionantes en los próximos meses. Los grandes éxitos no es raro que cosechen grandes enemistades.

FERROVIAL NAUFRAGA EN EL REINO UNIDO

Muy distinto es el tema de Ferrovial en el Reino Unido, donde lleva camino de llevarse la palma de la impopularidad por el alarmante deterioro de la calidad de servicio de la BAA desde que la firma española adquirió, hace poco más de un año, el operador británico de aeropuertos. Los que hayan viajado los últimos meses a Londres saben que todos los parámetros de servicio a los viajeros en cualquiera de sus aeropuertos, desde el importante Heathrow hasta el muy turístico Gatwick y el peculiar Stansted han caído a niveles de aurora boreal.

Los expertos del sector reconocen que Ferrovial se hizo con un caramelo si no envenenado, por lo menos, en mal estado en sus infraestructuras, pero también con enormes flujos de caja y de rentabilidad segura para las importantes inversiones necesarias. Pero al mismo tiempo, opina uno de los mejores experto, opina uno de los mejores expertos aeroportuarios españoles, “sorprende la incapacidad de Ferrovial para generar un plan estratégico y para gestionar las relaciones con el personal, con el público y con los medios de comunicación social”. En fin, un desastre.

GUERRA TOTAL EN LOS DERECHOS DEL FUTBOL

Naturalmente, para el interés mediático, la gran guerra empresarial del momento es la que se libra entre Sogecable y Mediapro por el fútbol en televisión. Subyace un conflicto económicamente menos importante pero de gran relevancia política, y ambas partes tienen ya una legión de abogados en el tablero de juego. Los juzgados van a tener trabajo en este enrevesado asunto de exclusivas y derechos.

Esto de los derechos de los clubes y transmisión de los partidos de fútbol fue muy complicado desde el principio. En cierta ocasión distante, quizá allá por 2005, hubo un día en el que se firmaron dos acuerdos antagónicos en distintas notarías de Madrid con pocas horas de diferencia. Al menos eso se dijo y cuenta la leyenda.