El asno de Buridán y los burros de la política
jueves 29 de septiembre de 2011, 11:40h
Según Aristóteles, un
perro que hubiere de decidir entre dos raciones de comida idénticas no tomaría
decisión alguna. De manera similar, los detractores de Jean Buridán
idearon la paradoja del asno que ante dos cubos de avena o de agua moriría de
inanición o de sed por incapacidad de decidir entre uno y otro cubo.
Salvando las distancias, ante las
elecciones del 20 N no sé si soy un perro aristotélico o un asno buridiano. Ante
las propuestas tan malas, poco estimulantes y nada constructivas de todos los
partidos (los 2 grandes, los 700 pequeños y los nacionalistas) creo que voy a
morir de dubitativo aguda.
Que la cosa está mal ya no es un
secreto para nadie. Que hay que recortar, ahorrar y reducir el gasto tampoco.
Claro que cuando los muñidores del desastre CAM se auto blindan con pensiones
vitalicias de 350.000 euros, cuando los consejeros de las empresas públicas
cobran 120.000 euros/año más gabelas por trabajar 11-mañanas-11 al año, cuando
los mini-próceres se hacen retratos de 70.000 euros, se van de sexy-sauna con la
tarjeta de crédito del consistorio y se niegan a perder el Audi A-8, uno acaba
mirándose al espejo por ver si le están creciendo orejas de acémila: ¿A quién
votar, a los malos o a los malos? ¿A los peores o a los peores? ¿A los de otra
galaxia o los de la otra galaxia? ¿A Mme. LaFucsia o a Darth
Vader? ¿A los animalistas o a los oceanistas?
-- Mire, es que mi problema es la
falta de trabajo para mí y la inexistencia de futuro para mis hijos. Es que yo
no necesito tantas explicaciones tan minuciosamente diseñadas para que no
aclaren nada; me basta con que me digan qué van a hacer para reducir el gasto,
qué para activar el consumo y qué, cómo y cuándo para generar empleo como el
campo ortigas.
Aparece el trader Doble AA
(Alessio Astani) en la BBC y suelta una verdad que muchos conocemos -no
es un secreto, basta con leer el FT o el WSJ un par de veces por semana- y todos
se le echan encima como si él hubiera sido el causante de la crisis. La ministra
Salgado le llama loco, Botín insensato y las redes sociales lo
tienen por el mismo Satán. Y Botín es un hombre de sentido común como demostró
el otro día cuando se le preguntó qué opinaba sobre la subida de impuestos a los
ricos: "no soy partidario", dijo.
¿A quién votar? Me cuentan en
Génova que Rajoy y algún otro están acoquinados ante la que se les viene
encima y en Ferraz me dicen que Valenciano ya está buscando plaza para
retomar la licenciatura en Políticas que nunca completó.
Grecia no va a pagar -en el
último año se han fugado 300.000 millones de euros de capital privado griego
hacia caimanes, barbados y suizas, por poner otro ejemplo más de la
irresponsabilidad helena- y cuando caiga en crack detrás irá todo
el dominó del euro.
Ninguno nos dice lo que va a
hacer si llega al gobierno y lo lógico sería que los dos mayoritarios se
sentaran, firmaran lo que hay que hacer sí o sí, y luego salieran a explicarnos
cómo lo implementarían unos y otros. Después podemos dejar a UPayDance que nos
describa los fuegos del infierno y a IU que nos cuente sus fairy tales.
Gottfried Leibniz
estableció el Principio de Razón suficiente y nos enseñó que jamás ocurre
algo sin que haya una causa o al menos una razón determinante a priori. Iba a
preguntarme cuál es la razón suficiente para que padezcamos una casta dirigente
como la nuestra, pero entonces miro nuestro devenir desde La Gloriosa de 1868
-por ser benévolo ya que en realidad habría que remontarse hasta Witiza-
y encuentro la respuesta: "semos asín". Entonces es cuando me quedo sin
palabras... por ahora.