El relicario tardomarxista
lunes 27 de febrero de 2012, 14:17h
Los grandes
sindicatos oficiosos -UGT y CCOO- han conseguido lo más difícil: convertirse en
grandes patronales capaces de autofinanciar espectáculos callejeros al servicio
de una izquierda decadente antes que al interés general de los trabajadores y
los parados. Habitan hoy en día un mundo de sociedades mercantiles y sostienen
un relicario nostálgico de movilizaciones que fueron novedosas cuando San
Petersburgo aún no se llamaba Leningrado. Sus desfiles parsimoniosos al compás
de la charanga solo se distinguen de los movimientos de extras del "Doctor
Zhivago" en que los pendones rojos de la revolución proletaria han sido
sustituidos por ridículos gallardetes de plástico entreverados con la presencia
antiestética y anticonstitucional de la enseña amoratada de la
II República de los años 30 del siglo XX,
el periodo más destructivo de toda la historia de España.
La pareja
titular, solo representativa de una minoría de trabajadores, sobreactúa
abrumadoramente ante las cámaras propicias más como un dúo de humoristas que
como un comité reivindicativo. Lo siento por el más reflexivo Ignacio Toxo,
ferrolano como yo que, como todo ferrolano sin excepción, debiera tener el
sentido del Estado infuso que se adquiere instintivamente cuando nuestro paisaje
infantil era un barco de guerra armándose en la dársena del arsenal y no el
acorazado "Potenkim". Resulta difícil emparejarlo con Cándido Méndez que tiene
más aire de Papa Noel de grandes almacenes que de redentor del proletariado.
Del relicario
tardomarxista salen los huesos de los patronos explotadores, los fantasmas de
la lucha de unas clases difícilmente definibles en la actualidad, los pecados
del liberalismo y el infierno de las privatizaciones para intentar inflamar
unas calles escépticas que contemplan fríamente los desfiles de miles de
paseantes liberados que pretenden confrontarse antidemocráticamente contra
millones de votantes. Conservadores de si mismos, son más antiguos que el Fuero
del Trabajo de D. Pedro González Bueno. Amenazan a Rajoy con la huelga general
como si fuese la tormenta perfecta, receta ya usada con Aznar y Zapatero con
los únicos resultados palpables de un día de llegar algo más tarde al tajo y a
otra cosa.
Solo son más
anacrónicas las mascaritas de los antisistema que, por algo, se pintan bigotes
engominados en sus caretas blancas. Parece difícil suponer que este tinglado de
la antigua farsa sea estable mucho tiempo y que un "viento del pueblo" más
auténtico no sople un día, quizá más conflictivo y más incómodo, capaz de
limpiar esta pesada casta burocrático-financiera que enturbia la estrategia
sindical realista y operativa que necesitaría un país en recesión para salir de
una crisis socioeconómica.
Ex diputado y ex senador
Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (2)
3919 | Uno - 29/02/2012 @ 08:42:36 (GMT+1)
Sólo una cosa: no escriba de lo que no sabe y mucho menos para criticarlo, queda bastante ridículo. Sus "mascaritas" son cosa de Alan Moore, para anacrónicos ya están sus artículos.
3879 | Angel - 27/02/2012 @ 23:27:30 (GMT+1)
Abajo las caretas, parece que con la (contra)reforma popular las gentes de bien ya no se andan con tapujos de ningún tipo, no les basta con tener prácticamente todo el poder del aparato del Estado, también quieren eliminar cualquier pequeño reducto que les haga frente, llámense estos sindicatos o estudiantes díscolos (auspiciados bajo el manto del malvado Rubalcaba, no se nos olvide). Se les llena la boca ahora criticando un extinto marxismo, un socialismo suicidado, cuando el gran mal nos ha venido por parte del neoliberalismo. Tal y como decían los comunistas cuando sus desastrosos programas hacían aguas: "hace falta más comunismo"; pues eso, "hace falta más neoliberalismo", esa es su estúpida receta. Ferrolano con un sentido de Estado como el del Caudillo, parece. Decirle que tanto Comisiones como UGT cuenta con casi un millón trescientos mil afiliados cada uno, mientras que su PP cuenta con algo más de ochocientos mil, así que si habla de minorías mire antes en su casa.
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