Hasta los propios autores de la idea están sorprendidos del éxito económico de la misma. Porque, una vez que llovieron multas a varios miembros de la Asamblea de Arganzuela del 15-M por asistir a marchas o manifestaciones o por identificaciones policiales, siempre de modo pacífico, o incluso por identificaciones, se decidió llevar a cabo una especie de 'caja de resistencia', hoy con la ayuda de las redes sociales transformada en la ya famosa palabra de 'crowdfunding'. Y en tres escasas semanas se ha duplicado el importe mínimo que se solicitaba.
Hasta el punto de que esta novedosa medida de la Asamblea -una de las más dinámicas del 15-M, que también ideó con éxito el debate popular sobre el estado de la nación, en paralelo al oficial en el Parlamento- ha sido ya copiada por muchas otras y se ha extendido por toda España. Para ello se ha creado, dentro de goteo.org una página dedicada exclusivamente a este asunto bajo el rótulo
'Las multas no nos van a parar', donde cualquier persona puede registrarse y tener información, aparte, claro de aportar el dinero que quiera.
De modo que el mínimo de 1.600 euros necesarios para las multas ya confirmadas, y que han llegado a las personas implicadas, está ya duplicado y se espera que a lo largo de estos días aumente más esta cantidad. Este dinero que se sigue recaudando, como se informa en esa web, "va dirigido directamente a la puesta
en marcha de una caja de resistencia 2.0", para futuras multas que, desgraciadamente, llegarán porque, como el lema indica este colectivo y el resto de los similares van a seguir protestando por todo lo que crean conveniente.