La
situación a la que se ha llegado en el caso de Chipre, en que el Parlamento de
un Estado miembro se atreve a desafiar conjuntamente al Consejo de Ministros de
Economía y Finanzas, al FMI y al propio ejecutivo europeo, la Comisión, amén de
a su propio gobierno recién elegido, coloca a la Unión Europea en un ridículo
espantoso y plantea en la Unión un programa de credibilidad y de inseguridad
jurídica e institucional sin precedentes.
Un
historiador de la Unión Europeo diría que estos límites de descredito y
desprestigio institucional se han alcanzado en pocos momento, por ejemplo, en
aquella "Comisión Santer", dimitida el 15 de marzo de 1999 cuando el ejecutivo
europeo tuvo un ataque de dignidad ante el reproche del Parlamento sobre una
irregularidades cometidas en dos Comisariados, manifestando que si el
Parlamento persistía en su investigación o aclaración y en sacarle los colores
dimitiría un bloque. El Parlamento insistió en realizar un informe que
efectivamente sacaba los colores del ejecutivo y este herido en su orgullo,
interpretó aquello como una moción de censura, cosa que formalmente no fue y
dimitió. Aquello fue un choque institucional que dio alas al necesario
fortalecimiento del Parlamento Europeo.
Ahora
es el Parlamento de un Estado de la Unión -el de Chipre- el que saca los
colores a una decisión surgida del Consejo de Ministros de Economía y Finanzas,
por más que este diga que la decisión se tomó de acuerdo con la Comisión y con
el Presidente de aquel país. No olvidemos que el Tratado de Lisboa precisamente
fortalece el papel institucional de los Parlamentos de los Estados de la Unión
y que es este en nombre de la ciudadanía chipriota, que es asimismo ciudadanía
europea, el que rechaza una actuación del Consejo de Ministros de Economía y
Finanzas.
Tratar
de imponer a los chipriotas un gravamen del 6,75% sobre los depósitos bancarios
inferiores a 100.000 euros y del 9,9% por encima de este umbral era a todas
luces ir contra todo derecho. Las cuentas bancarias son propiedad privada. La
relación entre el banco y el usuario es un contrato de depósito. El depósito
bancario de dinero no tiene la condición de inversor ni pretende asumir ningún
riesgo. Se deposita dinero en virtud de una figura jurídica basada en la
confianza y en la ausencia de riesgo. Sustraer cantidades de un depósito de
dinero es atentar contra la propiedad. Lo dijimos claro en nuestra
argumentación
"Chipre y los depósitos bancarios".
De otra parte, la propia Unión Europea había establecido desde 2008 un
compromiso claro de proteger los depósitos inferiores a 100.000 euros y por lo
tanto la Unión Europea ha ido contra sus propios compromisos afectándose gravemente
su credibilidad.
El
desenlace de esta decisión del Consejo de Ministros de Economía y Finanzas no
ha podido ser más desafortunado. El gobierno chipriota, recién elegido y
erróneamente comprometido con una solución que posibilitase el rescate para
evitar la bancarrota de su país, o lo que es lo mismo la quiebra de los
principales bancos chipriotas, cambiaba sobre la marcha su actitud ante el
rechazo de la ciudadanía, retrasando dos veces la intervención del Parlamento
de Chipre destinada a validar la propuesta europea. Se generalizaba la idea de
que Chipre sufría un chantaje de las instituciones europeas y de que se
utilizaba a la situación de este país para realizar un experimento injusto e
insolidario que cargaría directamente contra los ciudadanos chipriotas.
El
Presidente
Nicos Anastasiades, asumía con anterioridad a la reunión del
Parlamento, finalmente realizada en la tarde del 19 de marzo que la situación
era critica, manifestando "tengo la sensación de que la Cámara va a rechazar el
proyecto", aun cuando en un último intento de suavizar el impacto sobre la
población más humilde presentaba una versión que dejaba exentos los ahorros
inferiores a 20.000 euros. La sesión del Parlamento, que ha resultado histórica,
concluiría con el más absoluto rechazo de la propuesta del eurogrupo. Ni
siquiera el gobierno de Chipre votaría a favor de la propuesta.
El
resultado no deja dudas. De los 56 parlamentarios, 19 de los 20 del Partido
Conservador en el gobierno se abstuvieron y los demás parlamentarios, 36,
votaron en contra. El Presidente del Parlamento
Yannakis Omirú, manifestaría de
modo terminante que se trataba de un "atraco
a la propiedad privada, contra toda noción de Derecho". El Presidente de gobierno de Chipre
manifestaría que lucharía para que las decisiones del eurogrupo se modificasen
y que realizaría todo esfuerzo para renegociar su posición. Para los chipriotas
el eurogrupo ha tratado con desprecio al Presidente de su país y han calificado
el hecho como un chantaje rechazado por el pueblo acuñando el viejo lema
revolucionario de la canción chilena de Quilapayun, compuesta por Sergio Ortega
"El pueblo unido jamás será vencido". Miles de manifestantes reunidos ante el
Parlamento chipriota explotaban de júbilo "Chipre pertenece a su pueblo". En la
noche del martes 19, el Presidente del Chipre hablaría con la Canciller de
Alemania,
Angela Merkel, y a la hora en que realizamos este escrito, a las 7 de
mañana del día 20, el Presidente Anastasiades se reúne con los líderes de los
partidos tratando de buscar alternativas.
¿Quién
es verdadero responsable de este error jurídico y político de grandes
consecuencias económicas y sociales que desprestigia el proyecto europeo? Hay
algo que no se está teniendo en cuenta. 24 horas antes de la decisión del
eurogrupo, es decir, de la reunión de los Ministros de Economía y Finanzas de
la zona euro, los Jefes de Estado y de Gobierno incluían en la conclusión 13 de
su reunión de 14 y 15 de marzo, la siguiente frase: "El Consejo Europeo
recuerda que es obligado romper el círculo vicioso entre los bancos y los
Estados...Es preciso llegar antes de junio de 2013 a un acuerdo en realicen con
la Directiva sobre rescate y resolución bancarias y con la Directiva sobre
sistemas de garantías de depósitos, que establezca un equilibrio justo entre el
país de origen y el país de acogida... Dicha propuesta debería instaurar un marco
eficaz para la resolución de entidades financieras, al tiempo en que se
protege a los contribuyentes en el
contexto de las crisis bancarias..."
Queda
claro que los líderes están de acuerdo en que hay que acabar con la
fragmentación bancaria y no solo eso, hay que ir hacia una unión bancaria y lo más
importante hay que meter en los Tratados la Unión Bancaria y la Unión Fiscal. Y
si eso es así, nos preguntaríamos lo siguiente, Mientras los Jefes de Estado y
Gobierno reflexionaban de este modo y lo fijaban por escrito, ¿Qué hacían ese
mismo día sus Ministros de Economía y Finanzas? ¿Dónde se encontraban? ¿En qué
Proyecto de Unión Bancaria estaban pensando? ¿Cómo tenían en cuenta este
declarado interés de los Jefes de Estado y Gobierno por proteger a los
contribuyentes en el contexto de las crisis bancarias? ¿Les preocupaba la
reacción de la ciudadanía?
No
nos engañemos alguien es responsable y casi siempre el más poderoso. Ya lo
decían los griegos "A los que los dioses quieren perder primero los ciegan".
Rogelio Pérez Bustamante
Catedrático Jean Monnet