Algunos ya lo habrán leído: España enviará dos aviones con ayuda para los damnificados por el
tifón Yolanda,
que ha devastado Filipinas y se teme que haya causado más de 10.000 muertos. También,
como respuesta humanitaria, el Ministerio de Exteriores español
movilizará algo menos de un millón de euros, de los cuales 200.000 euros serán aportaciones financieras. Una aportación que lidera el ranking estatal europeo por encima de Alemania y Francia que han aportado 500.000 euros.
No obstante, entendemos, que a pesar de la complicada situación económica de nuestro país, realmente
resulta grotesco e insultante que nuestra ayuda se limite a tal ridícula
cantidad dineraria para ayudar a una población hermanada con España, sobre todo, si atendemos a que
sólo 3 ONG han recaudado en dos días para la causa más de 470.000 euros. Si
nuestro país busca ser algo más que una triste nación del Mediterráneo,
si queremos impulsar esa 'Marca España' y si pretendemos tener un papel
mayor en el panorama internacional, desde luego que ese camino se
inicia con gestos de altura, grandes, propios de una gran nación.
Y España no lo está siendo ahora. Filipinas es el pasado de España, no tan lejano. Su nombre se debe a nuestro rey
Felipe II,
pero desde luego que los vínculos van más lejos de ese dato anecdótico.
Tenemos deberes que cumplir con una antigua colonia, al igual que con
toda la hermanada América Latina. Y por todo ello no podemos limitarnos a
donar 1 millón de euros, o ya fueren 5 o 10. Y desde luego que nuestra relación con Filipinas no debe ser la interesada, como con la venta de armas. En enero de este año ya contamos que el
Gobierno lanzó una potente operación para lograr la penetración de
la industria armamentística española en la modernización del ejército filipino.
El Gobierno de
Rajoy no debería tan sólo dar dinero, sino impulsar un gran acuerdo para
ayudar a través de Naciones Unidas, aunque esta organización ya haya
movilizado cerca de 20 millones de su reserva de emergencias para
catástrofes humanitarias.
El debate es otro: la Agencia Española
de Cooperación Internacional no puede quedar en una simple organización
de presupuestos habituales en una ONG. Los recortes siguen haciendo
mella y en 2014 tendrá casi otro 10% menos de dinero, lo que sitúa el
total de su presupuesto en 2.000 millones de euros.
España es
una gran nación, dicen que a las puertas de la salida de la crisis, y no
se puede permitir dar esa pobre imagen. Debemos buscar la grandeza en
este tipo de cosas: la imagen de cientos de miles de filipinos en las
calles, buscando desesperadamente algún alimento que llevarse a la boca y
agua potable debería priorizar nuestras medidas gubernamentales. Una
prioridad que nunca será y que quedará relegada por debajo de
renovaciones del Poder Judicial, casos de corrupción y otras líneas de
actuación política.
Nos contaba la cadena SER ayer lunes que un
diario francés colgó en su web una encuesta donde preguntaba a los
lectores si pretendía ayudar humanitariamente al pueblo filipino. Ganó
el no. Es un fiel reflejo de lo que Europa y el primer mundo no deber
ser. España no debe subirse a ese tren. Han pasado ya varios días y no
estamos haciendo casi nada... ¿hasta cuándo extenderemos esta inhumana
parálisis?
- Videoblog de Fernando Jáuregui sobre este tema:Lea también:-
España envía a Filipinas 2 aviones con material y un millón de euros en ayuda-
Angustiosa llamada a la solidaridad de la doctora Natasha Reyes, de Médicos sin Fronteras en Filipinas-
10 millones de personas afectadas y 2.000 muertos- Todo sobre el tifón Yolanda>>- Ayuda para Filipinas: Médicos Sin Fronteras: 902 30 30 65
- Información sobre españoles en el país, Unidad de Emergencia Consular: (+34) 91 394 8900.