Muy mala la entrevista de Pepa Bueno a Felipe González
viernes 17 de abril de 2015, 09:41h
El domingo
por la noche era difícil elegir canal. En el Cuatro, Pepa Bueno entrevistaba a
Felipe González y a José Coronado y, en la Sexta, Jordi Évole lo hacía con un
autoritario Evo Morales y Ana Pastor a García Margallo.
Elegí la
entrevista a Felipe González, no por la Sra. Bueno sino por el ex presidente, con
algunos zapeos para ver que se decía en el otro canal. De entrada lo de Evo
Morales era la de un prepotente ante un vasallo y lo que dijo el boliviano que
González ve a la gente de arriba-abajo se le podía atribuir a él. De García
Margallo se sabe que es un tipo brillante, buen dialéctico, pero un gran cínico
y un gran español, de los de la época del CID.
La
entrevista de Pepa Bueno a González fue penosa. Nada que ver con las de Risto
Meijide. No le llega Pepa ni a la suela de los zapatos de Risto. Es sectaria, sobreactuante,
falsamente simpática y lo que me repatea en este tipo de personajes que van de
listos por la vida: falsamente confianzudos. ¿Tuteará también a Aznar o a
Felipe VI en el caso que consiguiera alguna entrevista? No lo creo, pero
tutear a Felipe González mola y ella lo hizo para que se viera lo importante
que es ella. Pues no lo es. Un ex presidente de gobierno de 73 años requiere
un mínimo respeto. Le quitaba seriedad. No sé como González se prestó a ello.
González al
final de la entrevista la definió: "Tú no has conversado, tú me has
entrevistado". Y es verdad. Lo de ella era la entrevista epidérmica de
Maruja, no de una periodista seria. Risto dejaba hablar, apuntaba, tenía
preguntas agudas. Lo de esta señora es el marujeo de Madrid, de esa cortesanía
de los cuatro que creen llevar la opinión pública.
No le
preguntó por el próximo 14 de abril, aniversario de la República esta semana. Tampoco
por Tomás Gómez o por el Gal, o preguntarle por qué ha estado tan callado hasta
ahora con relación a Venezuela, o por qué le permitió al Borbón todas sus
corruptelas, por qué López Aguilar
obstruyó a la justicia para que los norteamericanos salieran ilesos de la
acusación tras la muerte de José Couso (ese domingo había habido una
manifestación ante la embajada USA), o por el maltrato a las mujeres, o por qué
un ex presidente no puede tutelar nada y los prohombres de la SER, si, y ella, vivir marcando la pauta a los demás.
No tuvo
reflejos para replicarle a González cuando éste dijo que no había tenido
ninguna representación Institucional y eso no es verdad: fue Alto Comisionado
para la celebración de los Bicentenarios. Pero en su entrevista alfombra no
entraban estas cuestiones.
No me gustó
nada su estilo, su coleguismo, su falta de agudeza entrevistadora, su
parraplería, su entrega al personaje.
¡¡¡Risto, vuelve
!!