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El temor a una recesión se cierne sobre las elecciones en EEUU

domingo 13 de enero de 2008, 03:19h

El temor a una recesión económica este año ha atizado la ansiedad del electorado estadounidense en busca de un cambio en Washington, y los aspirantes presidenciales compiten con diversas propuestas para conjurarla.


En todo lugar y en cada foro público, incluso en mítines políticos realizados este sábado, los precandidatos demócratas y republicanos se presentan como defensores de la clase media, en momentos de gran incertidumbre económica en Estados Unidos.


Recientes encuestas de opinión, tanto telefónicas como a boca de urna, dejan claro que la economía, además de la guerra en Irak, se ha convertido en un tema clave de cara a los comicios generales del próximo 4 de noviembre.


Como si el temor a una recesión fuera poco, a esto se suma la preocupación por el alto costo de la gasolina, el desempleo, el déficit comercial, la deuda externa y la crisis inmobiliaria que, en su conjunto, pintan un panorama poco halagüeño para la primera potencia económica en el mundo, según observadores.


Aunque divididos sobre la estrategia de salida de Irak, la mayoría de los estadounidenses coincide en que el dinero no rinde ni en los supermercados ni en las gasolineras.


La economía fue un tema decisivo para los votantes en las primarias de New Hampshire el pasado 8 de enero, y también en los "caucus" o reuniones asamblearias en Iowa cinco días antes.


Los analistas prevén que también será tema central en las primarias de Michigan el próximo martes, en los "caucus" de Nevada el 19 de enero, y en las primarias de Carolina del Sur siete días después.


Una veintena de estados celebrarán elecciones preliminares en el llamado "super martes" el próximo 5 de febrero, entre estos Nueva York, California, Arizona y Texas, y las encuestas revelan que también allí reina el temor por la precaria situación económica en Estados Unidos.


En Michigan y Carolina del Sur, por ejemplo, la preocupación dominante es el alza en el desempleo, mientras que en Nevada y Florida es, sin duda, la crisis inmobiliaria.


La ansiedad de la clase media no ha pasado desapercibida por los principales candidatos en este ciclo electoral.

 

El senador demócrata y aspirante presidencial de EEUU Barack Obama presentó este domingo un plan de estímulo económico por unos 75.000 millones de dólares, que incluye recortes tributarios y ayudas para quienes afrontan ejecuciones inmobiliarias.


El plan fue presentado por la campaña de Obama en el estado de Nevada, donde el voto latino se perfila como un factor decisivo.


La propuesta compite con un plan de estímulo que lanzó el viernes su principal rival en esta contienda, la senadora demócrata y ex primera dama Hillary Clinton.

Convencida del fracaso de la política económica actual, Clinton promueve un plan de estímulo económico por unos 70.000 millones de dólares, que incluye asistencia energética para gente pobre y ayudas para personas que corren el riesgo de perder su casa por ejecuciones inmobiliarias.


Clinton también ha prometido que pedirá al Congreso otros 40.000 millones de dólares en recortes tributarios para la clase media si empeora la marcha de la economía.


Entre otros elementos, el plan de Obama provee un fondo de 10.000 millones de dólares para ayudar a los propietarios que, en medio de la crisis inmobiliaria, corren el riesgo de perder sus casas.


El plan también entrega otros 10.000 millones de dólares para ayudar a los gobiernos estatales que afrontan crisis presupuestarias.


También incluye un crédito tributario de 250 dólares para los trabajadores, aunque esa suma podría duplicarse si continúa el deterioro de la economía.


Además, autoriza un monto suplementario de 250 dólares para quienes reciben pensiones del Seguro Social.


Del lado republicano, el ex gobernador de Arkansas, Mike Huckabee, propone un impuesto sobre las ventas que sustituya al impuesto de rentas, mientras que el senador John McCain enfatizó este sábado en Michigan la generación de empleos y un recorte en el gasto fiscal.


El miedo a la recesión también es palpable en los corredores del Congreso, donde los principales líderes demócratas buscan un diálogo con el presidente George W. Bush y los republicanos sobre un posible plan de estímulo económico "oportuno, concreto y temporal".


Durante un discurso radiofónico, el senador Charles Schumer defendió este sábado ese plan demócrata, que incluiría un estímulo a la demanda a través de incentivos fiscales o más beneficios de desempleo, y otras medidas para restablecer la confianza de los consumidores.


"No esperamos a tener encima una recesión", insistió Schumer, aunque advirtió de que el plan de estímulo debe ser temporal para no hipotecar el futuro de los jóvenes.


Pero los buenos deseos podrían chocar con las diferencias ideológicas que, en términos generales, han definido a ambos partidos en el último siglo: los demócratas respaldan un aumento al gasto fiscal mientras que los republicanos favorecen recortes tributarios para las familias y el empresariado.


Los graves problemas del país requerirán soluciones serias y el debate sobre cómo estimular la economía dominará esta contienda, según observadores.

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