Felipe VI va a conceder el Toisón de Oro al ex presidente del Gobierno Felipe González y a los dos padres de la Constitución que siguen vivos, Miguel Herrero y Miquel Roca. El rey ha anunciado este martes al Consejo de Ministros su decisión de dar la máxima condecoración de la monarquía española a estas figuras de la Transición.
Este hecho se produce cuando se cumple medio siglo de la muerte de Franco y del comienzo del proceso democrático, el monarca ha decidido condecorar con la más alta distinción de la Corona al primer presidente del Gobierno socialista, Felipe González, y a los dos únicos padres de la Constitución que viven en estos momentos: el ex dirigente de UCD Miguel Herrero y el ex dirigente de Convergència i Unió Miquel Roca.
A su vez, don Felipe ha participado este martes al foro internacional World in Progress en Barcelona. Desde allí ha querido apostar por el multilateralismo como forma de organización de las relaciones internacionales, ante un escenario en el que "cualquier alternativa es peor".
En opinión del rey, "seguir creyendo en el mundo multilateral no es una muestra de idealismo, sino un ejercicio de pragmatismo" a nivel global. Cualquier otra opción de organización va a ser "peor para el conjunto de la comunidad internacional" y también la Unión Europea, "que se levanta sobre esas mismas ideas y sufriría enormemente en un mundo gobernado por las ideas contrarias".
Llama a preservar la estabilidad ante la "deriva histórica" actual
Además, ha remarcado que una sociedad que cree en sí misma y tiene respeto, "comprende el valor de sus instituciones, sabe en qué medida reposan sobre ellas la paz, la estabilidad, la concordia y el progreso". Una nación que cuenta con estos valores, también los quiere "para los países de su entorno".
Según el rey, en el mundo actual "el diálogo y la cooperación ya no pueden darse por sentados; están a la orden del día la competencia por los recursos, la persistencia de conflictos irresueltos, una preocupación creciente por la seguridad, la revisión de las alianzas y el reposicionamiento de los grandes actores globales".
En esta línea, Felipe VI ha subrayado que, ante la "deriva histórica" actual, hay algunos elementos del orden mundial "que hay que preservar a toda costa, porque son el entramado ético sin el cual las relaciones entre los estados no tendrían más brújula ni sustento que la vieja y cansina lucha por el poder".
"Lo peor que podemos hacer por la generación de nuestros hijos es dar por ya sabidos derechos y libertades que a la generación de nuestros padres, y abuelos, le costó décadas lograr o recuperar", ha finalizado el monarca.