Se filtran nuevas 'rajadas' del rey Juan Carlos en sus memorias, ahora contra Felipe y Letizia

Continúa conociéndose poco a poco el contenido de 'Reconciliación', las memorias del rey emérito Juan Carlos I, ahora sobre si la decisión de su hijo, el rey Felipe VI, de retirarle la indemnización como monarca jubilado es "jurídicamente válida".

La medida se tomó 6 meses antes de su traslado a Dubái. En 'Reconciliación', escrito por Laurence Debray y ya a la venta en Francia, el emérito lamenta que la respuesta a esa duda "poco importa", aunque se considera "el único español al que se le ha prohibido" recibir dicha pensión. Además, señala que se le ha "impedido, en vida, legar cualquier cosa a su hijo y a su descendencia".

A lo largo de 493 páginas, el rey emérito reflexiona sobre su llegada a España, su papel en el 23-F, su vida privada y las relaciones familiares, hasta el momento de su abdicación.

Relación con su hijo Felipe

Juan Carlos pensó que el rey Felipe pudo haber actuado bajo presión gubernamental al tomar la decisión de retirarle la indemnización. "Supuse que debía enfrentar presiones provenientes del Gobierno, y que actuaba, ante todo, como siempre le he dictado, para preservar los intereses de la Corona", afirma en el libro.

El emérito admitió que los escándalos personales podían afectar la credibilidad de su hijo: "Los escándalos que me concernían podían afectar su credibilidad. Sabía que había cometido errores en el plano personal. Ser públicamente excluido como rey era comprensible", añade. Sin embargo, la decisión le resultó "un golpe doloroso" como padre, y aseguró haberse sentido "solo frente a los ataques mediáticos y a un diluvio de noticias falsas".

El libro relata el momento en que su hijo le comunicó la decisión de distanciarse en 2020. La reunión se llevó a cabo en su antiguo despacho y contó con la presencia del entonces jefe de la Casa Real, Jaime Alfonsín, a quien señala como el artífice del distanciamiento. "Imaginaba tener una reunión de explicación a solas con mi hijo, así que me contrarié al verlo allí. [...] Para no agravar la situación, no dije nada", confiesa.

El emérito relata las palabras que le dijo a Felipe VI: "Este anuncio significa que me repudias -le dije, mirando a mi hijo impasible-. No olvides que heredas un sistema político que yo forjé. Puedes excluirme en lo personal y financiero, pero no puedes rechazar la herencia institucional sobre la que descansas". El rey, según el relato, "no respondió".

Sobre su nuera, la reina Letizia, admite diferencias y desacuerdos personales. Además, asegura que su llegada a la Casa Real "no ayudó a la cohesión de nuestras relaciones familiares". Aseguró que cuando entró en la Familia comenzaron las desavenencias y que aunque le explicó que siempre estaba abierta para ella la puerta de su despacho en palacio, ella nunca quiso comunicarse con él por esa vía.

Las sombras y el fin del reinado

Sobre su relación con Corinna Larsen, Juan Carlos I reflexiona sin nombrarla: "Esa relación fue un error que lamento profundamente". Asegura que estuvo cegado y que no vio lo evidente, lo que tuvo un impacto perjudicial en su reinado y en su vida familiar. "Erosionó la armonía y la estabilidad de esos 2 aspectos esenciales de mi existencia, llevándome finalmente a tomar la difícil decisión de abandonar España", lamenta.

El emérito no elude las sombras de su reinado, que reconoce "manchó mi reputación ante los españoles. En esa caza del hombre, me convertí en una presa fácil. Pero esa debilidad, es la de un ser humano", lamenta.

La abdicación y el futuro de la Corona

El rey emérito se refiere a su abdicación el 2 de junio de 2014 con las siguientes palabras: "Mi hijo estaba más que preparado para tomar el relevo. Era hora de que Felipe tomara el timón". Juan Carlos I afirma que la decisión la maduró durante mucho tiempo sin confiársela a nadie, y que no quería que su hijo se "marchitara esperando su momento". El emérito asegura que el paso fue irrevocable, a pesar de que "algunos después intentaron disuadirme". Con su abdicación terminaba un reinado de casi 39 años. Juan Carlos I asegura que puso fin a su mandato "con la conciencia tranquila del deber cumplido. Podía comenzar una nueva etapa de mi vida con el espíritu sereno".

El emérito asegura que hará todo lo posible para que su hijo tenga éxito al frente de la institución y para que su nieta, la princesa Leonor, le suceda en el momento oportuno. Define la monarquía española como "reciente y frágil", y asegura que el rey debe darle forma cada día. Juan Carlos I concluye: "La democracia es un bien frágil, que debe preservarse y defenderse. En España y en el mundo".

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